martes, 15 de noviembre de 2016

LA PÉRDIDA DE SCHIAPARELLI ¿SUMA OTRO FRACASO DE LOS EUROPEOS EN LLEGAR A MARTE?

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Por: Marcos Tulio Hostos


El planeta vecino Marte se ha convertido en el Nuevo Mundo, el próximo paso a vencer por los humanos. Una humanidad que se ha afianzado en nuestro planeta a base de superar obstáculos que han desafiado nuestra capacidad y psiquis a lo largo de la historia de nuestra existencia.
La humanidad lleva el deseo de la exploración, de la búsqueda de lo desconocido encriptado en su ADN; es por ellos que cruzamos océanos, valles, territorios en búsqueda de descubrir nuevos espacios. Los seres humanos desde hace mucho tiempo sueñan y comprenden que convertirse en una especie interplanetaria significa asegurar su propia supervivencia y cada vez más desarrollamos la tecnología innovadora que nos permitirá posar seres humanos en la superficie marciana.
Sin duda alguna, acometer esta empresa nos llevará a enfrentar retos inimaginables con altas probabilidades de fracaso. Pero de los fracasos aprendemos y corregimos. En la exploración espacial el fracaso está siempre al asecho, esperando cortar los sueños de expansión de nuestra especie.
Nuestro vecino, el rojizo Marte es un planeta lleno de incógnitas. Todo apunta a que en un remoto pasado en este planeta hubo grandes masas de agua en su superficie. Hay evidencias de lechos de ríos y valles que llevaban el agua a antiguas cuencas que formaron lagos en un período de hace más de mil millones de años antes de que Marte se transformara en el planeta árido que ahora conocemos.
Si es correcto la existencia de agua en el pasado y posiblemente en el presente, esto nos lleva a preguntarnos ¿Pudo Marte albergar vida en el pasado? Y si fue así ¿Se mantiene esa vida en la actualidad? Estas incógnitas buscan ser respondidas por el proyecto conjunto ExoMars, Ruso – Europeo representados por Roscosmos y ESA.
ExoMars (Exobiology Mars) es básicamente una misión de exobiología, compuesta de un orbitador Tracer Gas Orbiter TGO con la finalidad de buscar rastros de vida pasada y presente en el planeta rojo. Con el orbitador se estudiará la composición química de los gases en el planeta para comprobar la presencia de metano, un gas relacionado con la presencia de vida, ya que en la Tierra el metano es producido por el 90% de los organismos vivos. El metano fue detectado en Marte anteriormente en los años 2004 y 2014.
El objeto de la misión es determinar si el metano marciano es de origen biológico o por procesos geológicos como la oxidación del hierro, de igual manera el olivino puede ser el causante del metano, así como el vulcanismo que es otro factor que puede dar origen al metano. La otra parte de la sonda es un módulo de descenso llamado Schiaparelli, quien probaría la tecnología para un descenso exitoso en la superficie de Marte.
Para este fin se había desarrollado el módulo Schiaparelli, que es una sonda diseñada exclusivamente para probar la tecnología trazada para el descenso seguro en la superficie de Marte. Solo llevaba instrumentos de telemetría que le permitían medir la velocidad de descenso y distancia a la superficie, la velocidad y dirección del viento, la humedad, la temperatura y los campos eléctricos a su alrededor aparte de otros datos y por esto su única fuente de alimentación eran baterías, Su vida útil estaba estipulado para que solo durara entre 2 y cuatro días marcianos tiempo suficiente para enviar datos a la Tierra.
https://i0.wp.com/hipertextual.com/files/2016/10/schiaparelli-caida-600x645.jpg?resize=600%2C645&ssl=1Schiaparelli buscaba contribuir en el estudio para futuras misiones que pretenden colocar en un futuro seres humanos en la superficie marciana. Para lograr con éxito estas misiones se requieren una serie de investigaciones, ya que realmente esto no será una tarea fácil. La suma de esfuerzos e inversión entre Roscosmos y la ESA que buscan (por primera vez en la historia de la exploración marciana) posar en forma segura una sonda en Marte y alejar y superar la mala racha de ambas agencias en sus intentos hasta ahora fallidos de colocar con éxito un artefacto en Marte. Lamentablemente Schiaparelli se estrelló en Marte sumando un fracaso más a la lista de intentos fallidos por parte de los europeos.
Después de desprenderse de la ExoMars, el módulo de descenso Schiaparelli comenzó su bajada a la superficie marciana el 19 de Octubre, como habían trazado para que se cumpliera esta primera fase los programadores de la misión. Al mismo tiempo la sonda Trace Gas se colocó en una órbita muy elíptica, comenzando a hacer sus iniciales observaciones en sus dos primeras órbitas a Marte. Comenzando el día 20 a tomar sus primeras imágenes a la superficie marciana. El escudo térmico aerodinámico del módulo de descenso cumplió su cometido al protegerlo del calor producto del rose atmosférico, la telemetría confirma que el paracaídas funcionó correctamente frenando a los 11 Km de altura a la sonda en su veloz caída. La sonda es auto controlada pero no guiada en su rumbo. El problema se registra tan solo a 50 segundos antes del aterrizaje.
Voceros de ESA informaron que posiblemente los retrocohetes de propulsión líquida cuya misión era frenar la caída hasta hacer que la sonda se posara sin riesgos, funcionaron solo 3 o 4 segundos de los 30 segundos programados en el descenso. Hasta los momentos la hipótesis con mayor consenso es que se produjo un fallo informático.
Los científicos encargados de la investigación aseguran que Schiaparelli logró enviar los datos de telemetría a la Tierra lo que permitirá deducir la velocidad real de descenso del módulo y altura durante su trayectoria.
https://i1.wp.com/hipertextual.com/files/2016/10/Schiaparelli_in_colour-300x381.png?resize=300%2C381&ssl=1Esta historia de la perdida de la sonda Schiaparelli recuerda a la misteriosa desaparición de la sonda británica Beagle 2. Esto ocurrió el 25 de diciembre del 2003, la que iba ser la primera sonda que descendiera en la región Isidis Planitia con éxito en Marte por Europa se transformó en un enorme fracaso para el Reino Unido y la Agencia Espacial Europea, La Beagle 2 desapareció sin dejar rastro al entrar en la atmósfera marciana. Esta capsula era un artefacto de bajo costo y no poseía instrumentos de telemetría para su descenso, lo que imposibilitó su localización. Solo en el año 2014 la Mars Reconnaissance Orbiter ubicó la desaparecida cápsula esclareciendo de esta forma el enigma.
La sonda fue descubierta sobre Marte en noviembre de 2014 pero se mantenía la incertidumbre sobre las razones por las que había sido incapaz de comunicar con la Tierra. Ahora una colaboración entre las universidades De Montfort y Leicester ha manejado tecnología de modelos 3D para revelar por vez primera que el Beagle 2 desplegó al menos tres, y posiblemente cuatro, de los paneles solares que debía abrir tras tocar tierra sobre la superficie del planeta.  Hasta ahora se creía que sólo dos de los cuatro paneles se habían desplegado.
El módulo de descenso Schiaparelli fue rápidamente localizado en el lugar de impacto por la sonda de la NASA Mars Reconnaissance Orbiter, por medio de su cámara de imágenes de alta resolución el 1 de noviembre llamado HiRISE (High Resolution Imaging Science Experiment. En donde se muestran unas imágenes preliminares en tonos grises de la sonda en el lugar de impacto, posteriormente hizo varias tomas a color del sitio en donde se puede apreciar varios objetos de la sonda, el cráter de impacto y el paracaídas movido por el viento.
Estas imágenes nos revelan cuan dramático y oscuro es el camino de la exploración espacial, dimensionando los riesgos que involucra colocar sondas o seres humanos en la superficie de Marte o cualquier otro cuerpo celeste. Pero los humanos han llegado a sobrevivir y formar una civilización capaz de viajar en el espacio fue exactamente tomando y superando retos, peligros enormes a lo largo de su historia. 

Por: Marcos Tulio Hostos

Créditos:
SEDA/LIADA
UNOCERO
HIPERTEXTUAL