jueves, 11 de febrero de 2016

CONTAMINACIÓN LUMINICA vs CIELOS ESTRELLADOS




CONTAMINACIÓN LUMINICA vs CIELOS ESTRELLADOS

Por: Marcos Tulio Hostos


Desde el inicio de la vida en nuestro planeta la mayoría de las especies han creado un vínculo o adaptación al ciclo de las estrellas, la salida y puesta del Sol con su ciclo día/noche, períodos de luz y oscuridad que se han repetido desde hace eones en nuestro mundo. El movimiento aparente de los astros saliendo por el este y ocultándose por oeste ha formado patrones para muchos animales (incluyendo a seres humanos) en la naturaleza.  Los cambios de estaciones afectan el clima, la variedad y producción de alimentos, la orientación estelar utilizada por muchas especies se ven afectadas por la contaminación lumínica.
Como consecuencia de la contaminación lumínica que observamos en el cielo nocturno de muchas ciudades y centros poblados; los habitantes de estos conglomerados urbanos ven como los cielos son cada vez más brillantes, como van perdiendo su tono oscuro y su iluminación en forma de aureola es posible apreciar a grandes distancias.
El resultado de esto impide a los seres humanos (y a otras especies) no solamente  regocijarnos de ver las estrellas en las noches, como muchos ingenuamente piensan que es el inconveniente. Sino que otras implicaciones más complejas que perturban  el medio ambiente están envueltas en el problema.
Esta aparente inocua contaminación consiste en el flujo de emisiones de luz provenientes de fuentes artificiales en horas nocturnas de variables intensidades, direcciones y rangos espectrales que presentan nuestras zonas urbanas. Radica en primer lugar en el aumento del brillo del cielo nocturno por reflexión y difusión de la luz artificial en los gases y las partículas del aire urbano (contaminación, smog, polvo) lo que afecta el paso de la luz natural procedente de las estrellas y otros cuerpos celestes.
La contaminación lumínica es un fenómeno relativamente nuevo y es un producto agregado del avance tecnológico de nuestra civilización global. Su origen se remonta desde la era industrial, por el inicio de la iluminación eléctrica creciente de las ciudades en nuestro planeta. Con el avance de la contaminación lumínica rompemos un nexo entre los seres humanos y las estrellas que se remonta desde nuestros orígenes. La perdida durante generaciones de la capacidad de contemplar un cielo estrellado nos ha desconectado sin lugar a dudas con el Universo.
Efectos de la contaminación lumínica.
 Hay múltiples efectos negativos a causa de este fenómeno; como perturbar el desplazamiento migratorio de especies. Se ha comprobado que la fauna nocturna es mayor y precisa de la oscuridad para cumplir sus hábitos. La iluminación excesiva de las zonas costeras altera el ciclo de ascenso y descenso del plancton afectando la cadena alimenticia en el mar. El numeroso grupo de los insectos se ven afectados por las luces artificiales, más del 90% de los insectos son de hábitos nocturnos (reproducción y migración) y son perturbados en el ciclo día/noche. Esto representa una cadena de afectaciones que implica a aves, murciélagos, anfibios etc. que se alimentan de insectos. Igualmente la flora al disminuir su ciclo de polinización cambia la vida de diferentes especies.
El exceso de luminosidad artificial ayuda a incrementar el calentamiento global y repercute en la economía por la pérdida de energía proyectada hacia el cielo. Se calcula que la iluminación urbana ocupa entre un 25% y un 50% del consumo de energía. Este consumo es pagado por los ciudadanos de las comunidades, lo que representa un gasto innecesario que puede ser aprovechado en proyectos para mejorar la calidad de vida.
A los seres humanos el incremento de luz artificial les afecta la visión, los ojos tienden a cerrar sus pupilas desmejorando la capacidad de captar de forma eficiente el entorno. También los seres humanos son afectados en el campo cultural y social.
Según un estudio presentado por neuro investigadores de la Ohio State University Medical Center en 2012 en donde revelan que exponerse en horas nocturnas a fuentes lumínicas como pantallas de computadoras o televisión alterarían el ciclo luz/oscuridad provocando desajustes que son causantes de estados depresivos e igualmente alteraciones en el hipocampo, disminución de las espinas dendríticas y aumento del factor de necrosis tumoral (TNF).
En estudios anteriores demostraron una relación entre contaminación lumínica nocturna y un mayor riego de cáncer de mama y obesidad, de igual manera el estudio arroja que el incremento de la tasa de trastornos del humor guarda relación con el incremento de la contaminación lumínica en las ciudades durante los últimos 50 años.
Dentro de sus causas tenemos el diseño de lámparas inspiradas más hacia el diseño artístico que lo funcional / ambiental. Su mal posicionamiento hace que su luz se pierda hacia arriba o se refleja en el piso u otros objetos.
El desconocimiento del problema por parte de los entes gubernamentales y organizaciones ambientalistas como de la población en general, (adaptada a vivir durante años bajo estas condiciones), hacen que no se tome la importancia debida al caso y que se realicen los correctivos necesarios para corregir esta complicación.