miércoles, 16 de diciembre de 2015

LA EXPLORACIÓN ESPACIAL Y EL CIUDADANO COMUN







En nuestra civilización actual el ciudadano común piensa que los viajes tripulados y la exploración espacial simbolizan un futuro histórico a mediano y largo plazo. Muchos no dudan que muy pronto estaremos cruzando el espacio que hay entre nuestro planeta y los demás cuerpos celestes que conforman nuestro vecindario. Esto, posiblemente es influenciado por la literatura de ciencia ficción y el cine. Seguramente otra causa sea los logros obtenidos por sondas viajeras que han alcanzado diferentes destinos en nuestro sistema planetario, como también lo han hecho artefactos robóticos dirigidos desde la Tierra que  se desplazan por la superficie de Marte y la Luna, enviados por diferentes agencias aeroespaciales de varias naciones.
Realmente las misiones tripuladas desde hace unas décadas se han limitado a vuelos orbitales y a pernoctar en las estaciones espaciales, como la ISS con una tripulación permanente dedicada a experimentos científicos. Mientras que  la robótica ha tomado el protagonismo en la exploración del Sistema Solar. Estos rover son en realidad laboratorios equipados con instrumentos científicos monitoreados desde la Tierra; como es el caso de Curiosity, (el último de los rover enviados) que surca la superficie de Marte enviándonos fotos espectaculares y perforando rocas para su análisis entre otros estudios.
¿Pero cuando llegaremos a Marte?
El momento cuando seres humanos posen su huella en Marte no tiene fecha definida; la llegada de personas a Marte se ha pospuesto para el 2030 o 2040 y está sujeta a cambios.
 La Luna, que está mucho más cerca y que tenemos la experiencia de haber visitado en el siglo XX, ha sido abandonada por la presencia humana; la creación de una base permanente en ella no se ha materializado hasta los momentos. El último visitante que tuvo fue un pequeño rover enviado por China el 14 de diciembre de 2013.
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Para poder hacer largas travesías por los espacios de nuestro Sistema Solar nos enfrentamos a grandes retos, no solo en materia tecnológica, sin duda la preservación de la vida de los astronautas es la prioridad más importante de un proyecto de vuelo espacial. Las altas dosis de radiaciones a la que se vería expuesta una tripulación en un viaje a Marte o a cualquier otro lugar son altas y letales. Sin contar con la problemática que representa los viajes a otras estrellas.
¿Cómo percibe el ciudadano común en estos tiempos la carrera espacial?
La inmensa mayoría de los habitantes de nuestro planeta no tienen una idea clara sobre la importancia o no de la investigación espacial. Una mayoría está consciente que inmensos recursos de los países involucrados son invertidos en la industria espacial, y muchos piensan (dentro de una aparente lógica) que esos recursos estarían mejor utilizados en costear la solución de los grandes problemas, tanto de sus propios países como de la propia Humanidad. A fin de que dificultades como el hambre, la pobreza, la falta de agua. Etc., se solucionarían entre otros males con estos recursos. En la práctica esto no es así.
Lo que pasa es que muchos de los avances científicos y tecnológicos que disfrutamos actualmente en nuestra vida cotidiana, proceden directamente de la industria espacial, y estos beneficios pasan desapercibidos para la mayoría de nuestros congéneres. Desde los inicios de la carrera espacial las industrias involucradas, han tenido que esforzarse en resolver problemas de ingeniería y tecnológicos complejos cuyas soluciones derivaron en un gran número de aplicaciones útiles para la industria y la vida domestica.    
La ciencia aeroespacial ha aportado avances en los campos de:
Telecomunicaciones, Informática, Robótica.
Creando circuitos integrados o chips.
La Biomédica.
Meteorología.
Matemáticas.
Astronomía.
Física.
Satélites de Comunicaciones.
Sistema de Posicionamiento Global – GPS
Seguimiento por satélite de los recursos Pesqueros, Agrícolas, Forestales y Minerales.
Descubrimiento de nuevos materiales.
Nanotecnología.
Recientemente la administración del presidente Obama anunció la creación de una ley que permita a las compañías privadas  explotar los recursos mineros en nuestro Sistema Solar, como asteroides potencialmente ricos en metales y minerales escasos en la Tierra.
Esto contraviene el Tratado sobre el espacio ultraterrestre, firmado y ratificado por la mayoría de los países; este tratado forma la base del derecho internacional sobre los principios que deben regir en el uso y explotación del espacio por los Estados. La racionalización en el uso de estos recursos y conocimiento científico debe formar parte de un marco conceptual que rija el derecho de todos sobre el espacio exterior.
Realmente los recursos científicos y económicos producto de la investigación del espacio exterior deben ser distribuidos entre todos los países de nuestro planeta. Estos recursos podrían mejorar la calidad de vida de todos los habitantes de nuestro mundo y ayudaría a resolver problemas de desarrollo y necesidades de los pueblos. Nuestro planeta nunca ha tenido una población mundial como la actual. Somos más de 7.000 millones de habitantes, con un planeta con recursos sobre explotados.
Por ello se debe constituir un organismo internacional dedicado a la exploración y explotación del Cosmos, apoyado económicamente por todos los países en forma equitativa y proporcional según las economías individuales de cada país.
 Este organismo deberá planificar y desarrollar en primer lugar, estrategias que representen los intereses de toda la humanidad en los descubrimientos del espacio. Con metas no solo en la explotación de recursos, si no en algo que es vital para nosotros como especie. Encontrar otros lugares propicios para la vida en donde se pueda expandir la raza humana, propagar a la especie humana se ha convertido en algo trascendental para nuestra supervivencia.
Sabemos que nuestro planeta ha sufrido cinco grandes extinciones masivas que han pulverizado la vida en él. Algunas de ellas fueron el resultado de catástrofes cósmicas como la que condujo a la desaparición de los dinosaurios. Debemos aprender de esa lección.
Anteriormente se calculaba que cada 100.000 años nuestro planeta era impactado por un cuerpo de proporciones regulares. En la actualidad este pronóstico se ha reducido a cada 30.000 años.
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Gracias al telescopio espacial Kepler sabemos que en nuestra Galaxia existen estrellas con sistemas multiplanetarios en donde varios de sus integrantes están situados en zonas de habitabilidad, lo que aumenta el número de probabilidades de encontrar planetas habitables o terraformables.
Creo que la población mundial debe comenzar a pensar un poco más allá de nuestros problemas acostumbrados que durante años hemos padecido en nuestros países. Es hora de vernos a nosotros mismo como lo que somos una “única especie humana” habitando un pequeño planeta rocoso, con intereses comunes, que se protege a sí misma y tiene proyectos y objetivos de envergadura mundial que nos permita evolucionar y mejorar nuestra calidad de vida y la preservación de nuestra especie. La exploración de nuestro Sistema Solar no puede proporcionar elementos económicos que pueden mejorar sustancialmente nuestras vidas y a largo plazo salvarnos de la extinción.  Ahora que el Calentamiento Global nos amenaza con consecuencias que afectan al planeta entero; es una buena oportunidad de unirnos para enfrentar como un todo este peligro.
El ser humano desde tiempos remotos ha trazado su camino como una especie nómada, desde su salida de África hace unos 200.000 años, no ha parado de recorrer nuestro planeta llegando a cada rincón de la geografía terrestre, adaptándose al clima, al medio ambiente que le rodea y en la actualidad mira hacia las estrellas como una nueva frontera. Quizás la historia se repita si llegamos alcanzar establecernos en otros mundos. En donde nos adaptaremos a nuevos ambientes que moldearán y modificaran nuestro organismo como lo hicimos en la Tierra durante miles de años para sobrevivir.


lunes, 7 de diciembre de 2015

Sirio. El Perro de las estrellas.






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Sirio. El Perro de las estrellas.

Marcos Tulio Hostos - ACA


La estrella Sirio forma parte de los objetos que se destacan en la Bóveda Celeste y es conocida por la especie humana desde tiempos inmemoriales, con su intenso brillo color blanco azulado es fácil de localizar en el cielo nocturno. Sirio realmente es la estrella más brillante de todas a simple vista y es el doble del tamaño de nuestro Sol; pueda que su brillo la ayudó a formar parte de diferentes civilizaciones y pueblos en nuestro planeta, pero,  realmente no es una estrella solitaria, es un sistema doble o quizás triple que por la incapacidad de nuestra vista a separar objetos a grandes distancias,  la vemos como una sola fuente de luz.
 Sirio tiene una compañera conocida como Sirio B una enana blanca que solo puede ser observada por telescopios de gran magnitud. Sirio B es la estrella enana blanca más cercana a la Tierra con una masa aproximada a nuestro Sol, lo que la convierte en una de las más masivas hasta ahora descubiertas, normalmente las estrellas enanas tienen la mitad de la masa solar pero hay que destacar que su tamaño es aproximado al diámetro terrestre, lo que significa que su densidad es muy alta.
En el siglo pasado, a mediados de 1995, dos astrónomos franceses Daniel Benest y Jean-Louis Duvent  publicaron un artículo llamado ¿Sirio es un sistema triple? en donde presentaron sus conclusiones sobre disparidades orbitales observadas durante años con Sirio. Afirmando que esto corresponde a la presencia de una tercera compañera, denominada Sirio C, una estrella muy pequeña, posiblemente una enana roja o marrón que gira alrededor de Sirio A en un período de 6.3 años. Hasta el presente ningún observatorio dedicado a la caza de Sirio C ha podido dar con ella.
En nuestro cielo nocturno Sirio forma parte de una de las constelaciones más arcaicas que ha sobrevivido desde épocas remotas hasta nuestros días, el “Can Mayor”, este grupo de estrellas está situado en el hemisferio celeste sur, es muy conocida desde la antigüedad  por pueblos en diferentes puntos de nuestro planeta como los grandes navegantes de alta mar de las Polinesias, cuya brújula eran las mismas estrellas, tomando como referencia los arcos dejados por las estrellas al  desplazarse  de un punto del horizonte a otro en la zona tropical del cielo nocturno, de igual manera pueblos indígenas de norte y sur América, África le dieron una posición destacada, muchos de estos pueblos la relacionaban con perros, otros con lobos. Para los griegos, chinos, sumerios y babilónicos fue de gran importancia en sus culturas.
Y por supuesto a la civilización Egipcia, muchos investigadores afirman que esta constelación en forma de perro es la que verdaderamente está representada en la famosa esfinge, eterna compañera de las pirámides y no el león de la constelación de Leo como se afirma en muchos escritos.
En Egipto Sirio fue conocida como Shotis o Shetis apareciendo desde hace miles de años en los registros astronómicos como la Estrella Perro. En la cultura egipcia Sirio poseía un papel protagónico. Esta estrella se relacionaba con algo vital para la economía del país. La crecida del Nilo, que fertiliza sus riveras al dejar una capa de limo en las inundaciones anuales. Estas tierras son las únicas áreas propicias para la agricultura en Egipto.

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Todos los años s sacerdotes – astrónomos de Egipto esperaban el orto helíaco de Sirio en el horizonte, hacia en Este, lo que significa su primera aparición en el horizonte en el año de la estrella momentos antes que el Sol salga por el Este. Este acontecimiento daba inicio a las inundaciones por el rio Nilo de las tierras para su fertilización y el inicio del año egipcio. Esta temporada de desbordamientos era recibida con gran júbilo y alegría por el pueblo egipcio.
El problema se presentaba porque los egipcios sumaban anualmente 365 días por año sin añadir ningún día que les permitiera compensar el año sidéreo, por lo tanto cada 4 años en el orto helíaco de Sirio se desplazaba un día en el calendario con el año, lo que llevaba a coincidir con el año nuevo cada 1460 años. Cuatro años por cada uno de los 365 días del año. Esto se conoce como ciclo sotíaco, de Sothis la diosa egipcia que personificaba a la estrella Sirio.  
Para Sirio el alfa del Can Mayor el orto helíaco para el Trópico de Cáncer corresponde al 25 de julio. En el año de 1904 el investigador alemán Eduart Meyer sospechó que combinando los textos antiguos, datos arqueológicos con los registros astronómicos del acenso de Sirio se lograba calcular las fechas de los reinados de los faraones, de una manera diferente a la cronología del Antiguo Egipto. . En la cultura egipcia se encuentra el templo de Hathor en Dendera, muy relacionado con la astronomía, allí existe una representación de la diosa Satis disparando su flecha a Hathor ­­­­­- Sirio, siendo simbolizada como la flecha en sí. Según el famoso astrónomo Sir Norman Lockyer, estudioso de Stonehenge, afirmaba que el templo de Dendera era más antiguo que Stonehenge y se diseñó alineándolo con Sirio.

La civilización sumeria le dio igualmente gran valor a la estrella Perro, tiene registros astronómicos escritos en tablillas de arcilla desde hace unos 3.000 años, en su cultura la estrella Sirio ostentaba un lugar significativo en su religión y como una referencia en el calendario, marcando los años bisiestos y su ciclo agrícola.
En la astronomía china Sirio y la constelación de Canis Maior es llamada como Tien-Kou y en japon la estrella Sirio es conocida como la estrella del lobo celestial. Los antiguos chinos y otras culturas relacionaban a Sirio con un gran arco y una flecha, formada por las constelaciones Puppis y Can Mayor atravesando la bóveda celeste hacia el sur en donde apunta al Lobo Sirio. En Alaska, el pueblo inuit del estrecho de Bering la nombraba como Perro – Luna. Otras tribus la conocían como la estrella Lobo y otras, estrellas Coyote
En algunos pueblos indígenas de la América precolombina la astronomía llegó a un gran avance en sus concepción del Cosmos, algunas destacaban en sus sociedades la presencia de la estrella Sirio, como los indios Hopi en Norteamérica y el pueblo cheroqui quién  conjugó a Sirio con Antares en su mitología y los visualizó como perros guardianes del camino de las almas. Los mayas plasmaron en sus jeroroglífos la constelación de Canis Maior con la estrella Sirio como parte de su cultura cosmológica. En el calendario Maya se establece que su inicio corresponde al solsticio de verano, el 26 de julio, período en que la estrella asciende conjuntamente con el Sol (orto helíaco) por el horizonte y termina 364 días posterior, el 24 de 24 de julio del siguiente año, dejando un día que no contabilizaban y formaba parte de sus celebraciones.
Son innegables los lazos ancestrales de los planetas, las estrellas y sus agrupaciones que forman conceptos propios de sus culturas con los seres humanos. Ellos han favorecido  entender el Universo circundante, permitiendo el enriquecimiento cultural y científico de los humanos como especie. La Arqueoastronomía seguirá dándonos sorpresas con sus descubrimientos.

Marcos Tulio Hostos - ACA





Créditos:
Wikipedia  - Sirio
Francisco R. Villatoro
La ciencia de la mula Francis.


sábado, 28 de noviembre de 2015

¿EXISTEN SOLO EN LA CIENCIA FICCIÓN LAS CIVILIZACIONES ALIENÍGENAS?



¿EXISTEN SOLO EN LA CIENCIA FICCIÓN LAS CIVILIZACIONES ALIENÍGENAS?
Marcos Tulio Hostos - ACA

El caso de la estrella KIC 8462852 con su inusual comportamiento en su curva de luz ha puesto sobre la mesa la posibilidad de vida en el espacio exterior o ¿Realmente existen civilizaciones en otros sistemas planetarios? Esta posibilidad se viene discutiendo desde hace siglos, pero, lógicamente con mayor intensidad en la época actual de exploración espacial. Lamentablemente no hemos llegado a conseguir una respuesta contundente sobre el caso.
¿Hay vida en el Universo? Y por añadido… ¿Existen civilizaciones extraterrestres?  Muchas personas han elucubrado sobre este espinoso tema, desde diferentes campos, científico, religioso, filósofo, mitológico, investigadores de ovnis, escritores de ciencia ficción hasta fascinados  poetas, cada uno inspirado en su particular forma de trazar las cosas. Muchos sospechan que esas sociedades en el Vía Láctea pueden estar adelantadas a nosotros no cientos si no por miles de años. Esto realmente es preocupante por el gigantesco abismo cultural que nos separaría. Algo tan simple como entablar una conversación con ellos se transformaría en un protocolo de marco conceptual muy difícil de entender para ambos. Muchos científicos desde la década de los 90, cuando se descubrió el primer exoplaneta, han tomado con responsabilidad este dilema cósmico y creen firmemente la posible presencia  de vida en los exoplanetas como también en algunos satélites de nuestro sistema solar.
En el campo de la ciencia, tenemos defensores de la existencia de dichas sociedades alienígenas, desde Bernard de Fontenelle en 1657 y Camille de Flammarion en el siglo XIX hasta nuestros días como Frank Drake y Carl Sagan quienes han defendido la posible existencia de mundos habitados girando las estrellas. E igualmente encontramos otros que niegan totalmente esa posibilidad. ¿Como estas hipotéticas civilizaciones habrían conseguido llegar a diferentes niveles de desarrollo en el Universo? Debe ser una historia fascinante. Sin duda, el descubrimiento de una civilización alienígena marcaría un hito en la historia de la Humanidad con consecuencias profundas e insospechadas que nos marcaría para siempre.
Un método científico para determinar el posible desarrollo de civilizaciones en nuestro Universo es la propuesta del astrofísico ruso Nikolái Kardashov presentada en 1964. Conocida como la Escala de Kardashov. En esta sucesión se propone medir el progreso tecnológico de una civilización basado en la cantidad de energía aprovechable que consume según el grado de complejidad que ella escale. Frente a el grado de expansión o colonización que tenga en el espacio.  
Kardashov crea tres categorías:
1)     Civilización Tipo I
2)     Civilización Tipo II
3)     Civilización Tipo III
Civilización Tipo I consiste a grandes rasgos, en una civilización que utiliza todos los recursos de su planeta en forma equilibrada, sin contaminar y los aprovecha al máximo de forma racional. Indudablemente no es el modelo de nuestra civilización actual, por un lado, llena de conflictos religiosos, políticos, ideológicos, guerras, administraciones gubernamentales corruptas, delincuencia organizada, desigualdades en el desarrollo entre países, explotación de recursos irracionalmente, conflictos territoriales, étnicos, brecha enorme entre ricos y pobres entre otros factores. No hay duda que estos conflictos hacen un gran peso en el camino de nuestra especie de establecer una civilización tipo I.
Pero por otro lado, existen señales positivas que van en esa dirección, el progreso de los derechos humanos, las artes, la cultura etc. Una que ha contribuido con gran fuerza es la ciencia. La ciencia ha dado un ejemplo de cooperación y si se quiere hasta de hermandad. Muchos proyectos científicos se han dado por presión de los investigadores hacia los gobernantes, traspasando barreras políticas e ideológicas. Un ejemplo de ello es que en la guerra fría científicos rusos y estadounidenses hicieron contacto para intercambiar información, logrando la cooperación entre naciones antagónicas. Otro ejemplo la tenemos orbitando desde hace años. La Estación Espacial Internacional, formada por módulos de diferentes naciones en donde la habitan en forma permanente seres humanos.
También la ciencia, nos ha permitido concientizarnos de que no solo vivimos en un territorio, o un país si no que vivimos en un frágil planeta y formamos parte de una sola raza o especie, llamada Humanidad.
Se calcula (si todo sale bien) la humanidad dentro de 100 a 200 años podría llegar a ser una Civilización Tipo I.
Civilización Tipo II. Consiste en una civilización que aplica los principios de la tipo I aprovecha toda la energía de su estrella madre, utilizando mecanismos tecnológicos (algo como una esfera de Dyson) emplea los recursos no solo de su sistema planetario, si no que, también utiliza los recursos de los planetas y la energía de las estrellas cercanas de otros sistemas planetarios en su beneficio. Este tipo de civilización es capaz de viajar a través de una galaxia movilizando su propio sistema planetario. Esto le permitiría sobrevivir a catástrofes cósmicas como la explosión de una nova o supernova. Aumentando considerablemente su capacidad de perdurar en el tiempo.
Civilización Tipo III. Es una civilización con la capacidad tecnológica de aprovechar la energía de todas las estrellas de una galaxia y posiblemente la energía liberada de agujeros negros supermasivos. Es el mismo principio de la civilización tipo II pero ampliado a toda una galaxia. Técnicamente ningún Hecatombe en la galaxia la afectaría.  Logrando con esto la inmortalidad como especie. Para llegar a esto tendríamos que sobrevivir durante miles de años.
Otros científicos han intentado demostrar la posibilidad de encontrarnos algún día con una sociedad estelar utilizando las matemáticas, concretamente el método de las estadísticas para estimar el número de civilizaciones existentes en nuestra Galaxia. Es el caso de Frank Drake radioastrónomo y uno de los más entusiastas personalidades del proyecto SETI. En su conocida Fórmula de Drake (1961) se  identifican los elementos significativos  en el progreso de las civilizaciones. Esta ecuación es popular dentro de la comunidad científica por considerarse la primera aproximación teórica al problema. En el caso de nuestro Sol se establece que ella representa una sola estrella dentro de un panorama de 7x  estrellas en el Universo observable. Nuestra Galaxia es solo una de entre 500.000.000.000 galaxias en el Universo. Lo que lleva a lucubrar la existencia de un número formidable de planetas habitados.
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Otro grupo de investigadores que defienden la posibilidad de la existencia de la vida extraterrestre se basan en El Principio de Mediocridad o el  principio de Copérnico aplicado a la Astronomía. Su autor es el profesor de astrofísica John Richard Gott en donde se establece que nuestro planeta y el ser humano están formados por los mismos elementos existentes en el Universo. Y si se encuentran las mismas condiciones y elementos en otros planetas, la lógica nos dicen que en un alto números de exoplanetas se puede duplicar lo que se formó en la Tierra.
Nuestra civilización ha descubierto lentamente la realidad que nos envuelve, somos seres comunes y corrientes. Siglos atrás pensábamos que la Tierra era plana, posteriormente pasamos de ser el centro del Universo a formar parte de un sistema planetario situado en una galaxia que forma parte de un grupo de galaxias y ahora estamos concientes que vivimos en una pequeña roca flotando cerca de una modesta estrella amarilla, entre millones de estrellas mucho más grandes y luminosas, muchas de ellas tienen planetas rocosos con una masa hasta diez veces la masa de la Tierra. Lo que ha ido reforzando El principio de mediocridad. Es importante recalcar que el principio de mediocridad no es una ley específica aplicable a todo.
Indudablemente la ciencia ha llegado a expandirse es aplicando el método científico y no acepta de buenas a primeras los planteamientos que se presentan delante de ella.
Dentro de este compendio de afirmaciones que apoyan la posibilidad de la existencia de sociedades con niveles de desarrollo tecnológico en nuestra Galaxia y en nuestro Universo, se encuentran investigadores que no comparten el optimismo de muchos de sus colegas. Estos rechazan la posibilidad de la existencia de estas poblaciones de seres inteligentes alienígenas. Y un argumento que se ha esgrimido por muchos de estos investigadores es la conocida Paradoja de Fermi o Principio de Fermi.
En la Paradoja de Fermi se expone que si existen civilizaciones avanzadas en nuestra Galaxia, ¿por qué no vemos rastros de ellas? ¿Donde están sus naves espaciales? ¿Dónde están sus transmisiones de comunicaciones? ¿Dónde están? Por lo tanto si no tenemos noticias de ellos quiere decir que no existen.
Para entender el por qué Fermi llegó a esta conclusión debemos incursionar en el marco histórico en que fue proyectada. Enrico Fermi trabajó en el proyecto Manhattan dedicado a desarrollar la bomba atómica. El vivió y se involucró de manera directa en la posibilidad de autodestrucción a la que llegaba una civilización en una etapa determinada. Esto seguramente lo llevó a pensar que las supuestas civilizaciones en nuestra Galaxia al llegar a esta etapa seguramente se autodestruirían. Indudablemente estas vivencias históricas por las cuales pasó Fermi influyeron en él para llegar a estas conclusiones.
Otra teoría que apoya la inexistencia de vida en el espacio exterior es la hipótesis de la Tierra Rara. En donde se establece que nuestro planeta tiene una serie de condiciones “especiales” que lo hacen prácticamente único en el Universo o por lo menos un objeto extremadamente raro incluyendo lógicamente a la aparición de la vida.
Argumentando que la vida en la Tierra es el resultado de múltiples factores de orden astrofísico y geológico puntuales a tal grado que reducen drásticamente la posibilidad de duplicarse en otro lugar del Universo. Se basa primordialmente en el “fenómeno Goldilocks” en donde se afirma que la presencia de la vida en nuestro planeta se debe a múltiples  factores entre ellos temperatura, radiación y presión que mantienen unos rangos muy ajustados permitiendo su presencia y evolución.
Realmente la aparición y evolución de la vida en un planeta está supeditada a múltiples factores desde los domésticos, que son propios del planeta: la presencia de agua, tener una atmósfera densa, campo electromagnético que proteja de radiaciones mortales, que sea un planeta rocoso, poseer tectónica de placas. Etc. En su sistema planetario los factores son: una distancia a su estrella que permite recibir la energía adecuada, esta distancia es conocida como zona de habitabilidad es importante para mantener el agua en sus tres formas, poseer un satélite permite estabilizar el eje de rotación del planeta. Dentro de una galaxia los factores son: el estar ubicado lejos de la presencia de novas o supernovas que abundan en los brazos espirales de una galaxia aumenta las posibilidades de desarrollarse la vida, estar a una distancia prudencial del centro de la galaxia evita las altas dosis de radiaciones. La pregunta se mantiene firme y sólida ¿Existe vida en el Universo?
Créditos:
Wikipedia – Escala de Kardashov
Wikipedia -- ­­Ecuación de Drake
NeoTeo.



lunes, 23 de noviembre de 2015

Planeta Viviente.



 






Marcos Tulio Hostos.  ACA
                                                                                         
 PLANETA VIVIENTE -                                hostosmarcosastro@gmail.com


Desde hace alrededor de 4500 millones de años la vida en nuestro planeta ha recorrido en diferentes escalas temporales una serie de ciclos, en algunos de ellos la vida floreció en todo su esplendor y la supervivencia y evolución de muchas especies se mantuvo estable durante millones de años. Pero en otros, la vida fue truncada de manera abrupta, caótica en lo que se conoce como "Extinciónes masivas". En ellas la mayoría de los seres vivos que poblaban la Tierra perecen en un período de tiempo que puede variar en duración. Para tener una idea más clara de esto según algunos expertos, una constante es que en una extinción masiva todo aquello que pesa más de 25 Kilos muere. Con el tiempo algunas especies que lograron sobrevivir reaparecen y evolucionan, poblando nuevamente al planeta, mientras que otras desaparecieron totalmente y solo las conocemos por sus fósiles dando paso a la aparición de nuevas especies.

 Las extinciones masivas tienen su origen en dos tipos: 
(a) Producto de eventos propios de la Tierra como: Cambios climáticos, Pandemias, Glaciaciones, Vulcanismo.

(b) Eventos de origen Cósmico: caída de Asteroides, Cometas, Meteoros, incluso se ha tomado la posibilidad de una lejana compañera de nuestro Sol que nos visita periodicamente.


Gracias a la última de estas extinciones masivas globales, evento acontecido hace 65 millones de años (por el impacto de un asteroide en la zona de Chicxulub, en el golfo de Méjico) se puso fin a la hegemonía de los dinosaurios como especies dominantes durante millones de años. Dando paso a los hasta ese momento, insignificantes mamíferos, representados por pequeños roedores. Lo que dio a lo largo de millones de años la oportunidad a los homínidos a evolucionar hasta llegar a constituirce la especie humana. Según los estudios, en ese período la gran mayoría de los dinosaurios se extinguieron por esta mega catástrofe y algunos investigadores afirman que algunos dinosaurios evolucionaron hasta convertirse en algunas de nuestras aves actuales. 

Estudios recientes han demostrado que la vida en nuestro planeta es mucho más antigua de lo que se creía. El descubrimientos de bacterias fósiles encontradas en rocas antíguas demuestran que en la era temprana de formación de nuestrom planeta ya ciertas formas de vida se reproducian.


 “El Origen de la Vida” en nuestro planeta según los científicos dedicados a la “Abiogénesis” (que  estudia el inicio de la vida en la Tierra), han establecido que la formación de primitivas moléculas orgánicas estimuladas posiblemente por  la energía de los rayos atmosféricos, crearón el caldo de cultivo requerido para la formación de moléculas complejas. Después de millones de años se inició la formación de primitivos seres unicelulares cuyo hábitat eran los mares primigenios, en cuyas aguas se protegían de las mortífera radiacion cósmica. 
Otra teoría, que tiene cada vez más seguidores es la teoría de la Panspermia en donde se establece que la vida puede tener su origen en cualquier lugar del Universo, y no proviene  exclusivamente de la Tierra; esta teoría establece que la vida viaja por el Universo incrustada en rocas, meteoros o escombros y que en algún momento posiblemente contaminaron la Tierra. Estas formas de vida, moléculas complejas, aminoácidos viajan  en el interior de  meteoritos protegidos de esta forma de la radiación cosmica y las extremas temperaturas, Estos organismos una vez establecidos en nuestro planeta fueron evolucionando en la  diversidad de especies durante millones de años, desde seres unicelulares hasta especies más complejas como las especies actuales. Muchas formas de vida fueron exitosas durante largos períodos de tiempo, como los Trilobites. Otros incluso han sobrevivido hasta nuestros días los tiburones, tortugas, cocodrilos, tipos de plantas etc. En el caso de los dinosaurios poblaron prácticamente todos los espacios durante su paso por el planeta. En esos tiempos la vida floreció con una grán diversidad y exuberancia de especies animales, plantas e insectos. La realidad de la vida en nuestro planeta se nos exhibe en todo su esplendor en un sinnúmero de expresiones.

Toda esta espectacular explosión de seres vivientes que se extendió por todos los rincones de nuestro planeta, ha prosperado dentro de un proceso evolutivo constante durante largos períodos de tiempo.

Recientemente se ha planteado una novedosa teoría en la cual bosqueja  que el origen del agua en nuestro planeta (aspecto fundamental para sustentar la vida) pudo originarse del polvo cósmico que deambula flotando por el espacio y que cae  constantemente en la superficie terrestre.

Pero no solo en nuestro planeta, si no en todos los cuerpos que forman nuestro sistema solar. Anteriormente se planteaba que el agua en la Tierra provino de los núcleos cometarios, esta nueva teoría explicaría la presencia de agua detectada en cráteres de los polos lunares.



Los investigadores profundizan cada vez más y exponen a la luz los diferentes caminos por donde la vida ha transitado durante millones de años, con sus aciertos y equivocaciones. Sus investigaciones les ha permitido descubrir una serie de factores que revelan un número de interrogantes como: ¿Porque la vida en nuestro planeta es tan prolifera y heterogénea? e igualmente ¿Por qué  ha sobrevivido relativamente estable durante tanto tiempo?

Uno de los múltiples factores que indefectiblemente ha contribuido a la estabilidad y permanencia de la vida en nuestro mundo es la relación Tierra-Sol.


La distancia entre nuestra estrella más cercana y nuestro planeta es de aproximadamente unos 150 millones de kilómetros (unidad de distancia conocida como Unidad Astronómica), esto se conoce como la zona de habitabilidad, esa distacia permite la temperatura adecuada para que el agua se presente en sus tres formas: líquida, gaseosa y sólida. Tenemos otros lugares en nuestro Sistema Solar en donde posiblemente se encuentre el agua en sus tres formas como algunos satélites de Júpiter y Saturno que gracias a otros mecanismos como es el efecto marea obtienen el calor necesario para mantener el agua en esas condiciones. A diferencia de la Tierra en donde el Sol provee del calor necesario para este fin.

El factor agua es indispensable para el desarrollo de la vida en un planeta telúrico o rocoso como el nuestro. El agua, entre otras propiedades, permite disolver y mezclar los diferentes elementos que contribuyen en el proceso de la formación de moléculas orgánicas, posiblemente en un momento muy remoto de la formación de la Tierra, el agua ayudó a que algunos elementos se combinen y se dio las primeras manifestaciones de vida arcaica.

Esta vida primigenia encontró en el agua líquida el medio de abrirse paso con tenacidad en un mundo completamente inhóspito. Como ejemplo de la subsistencia tenemos los llamados seres “extremófilos”, bacterias que viven a grandes profundidades del interior de la Tierra, también las que viven a altas temperaturas en aguas termales o a profundidades abisales soportando grandes presiones.

Haciendo una reflexión sobre la aparición de la vida en la Tierra, sin lugar a dudas estos factores favorecieron incuestionablemente el origen y posterior evolución de los seres vivos.

Pero, creo que indudablemente existe otro factor al cual vale la pena reflexionar pero no es medible. La vida posee esa chispa, esa motivación, ese ímpetu intrínseco que la hace luchar en contra de las condiciones más desfavorables ayudada por su inmensa capacidad de adaptación ante un medio contrario a la existencia de ella misma como lo es el Universo.