LAS ESTRELLAS NOS LLAMAN
LA TERRAFORMACIÓN DE MARTE.
Por:
Marcos Tulio Hostos
Desde hace mucho tiempo las novelas de ciencia ficción han
planteado la transformación de planetas que poseen condiciones hostiles a la
vida en benignos, capaces de aceptar el establecimiento de colonias humanas.
Estos escritores futuristas (algunos de ellos con una buena
base científica) narran la manera en que seres humanos mediante la tecnología,
transforman las desfavorables características ambientales de lejanos planetas
hasta convertirlos en hábitat propicios a la vida en la forma en que la
conocemos. Lo que se conoce como Terraformación.
El termino Terraformación aparece por primera vez en la
narrativa de ciencia ficción titulado Orbita de colisión cuyo autor es Jack
Williamson, publicado en julio de 1942 en la revista Astounding Science
Fiction. Otros señalan que la obra del mismo autor Seetee Ship publicada
en 1949 es en donde por primera vez realmente se utilizó el término. Pero,
para 1930 en la obra de Olaf Stapledon con el nombre de Last and First Men se
plantea que seres humanos (después de una destructiva y prolongada guerra con
los nativos venusinos) se inicia la modificación del planeta.
Pero “Terraformación” no se ha quedado como un término
exclusivo de la ciencia ficción.
Dentro de la comunidad científica (algunos pertenecen a
asociaciones dedicadas a este tema) tenemos investigadores de diferentes
disciplinas trabajando en la creación de la tecnología requerida que nos
permitirá en el futuro iniciar la modificación de planetas rocosos. Los
primeros, lógicamente serán los cuerpos cercanos en nuestro sistema solar;
relativamente cercanos para su colonización, posteriormente (si logramos
avanzar como civilización sin destruirnos) los mundos que orbitan otras
estrellas.
El principal motivo para apostar por esta colosal y costosa
empresa es la supervivencia, la superpoblación y la merma cada vez mayor de
recursos para la sustentación de la vida en nuestro planeta nos llevarán por
este camino. La Tierra se nos hace pequeña, necesitamos más espacio y
diversidad. Indudablemente otro sólido motivo es la amenaza de ser impactados
por un cuerpo celeste lo que nos obliga a buscar mundos alternativos en donde
nuestra especie subsista.
Por los momentos existen dos candidatos para este objetivo, Venus y
Marte, cualquiera de los dos significaría el primer proceso de terraformación
en la historia de la Humanidad sería el proyecto más grande, más prolongado en
el tiempo y costoso jamás emprendido por cualquier civilización en el pasado.
La mayoría de los investigadores de las diferentes ramas de
la ciencia que están abocados a desarrollar la tecnología necesaria para este
fin, coinciden en que Marte es el candidato más lógico, el viaje a Marte es más
corto y requiere de menor energía para ello y las características propias del
planeta.
Esto nos lleva a aceptar la Terraformación como una nueva
ciencia. Ellos coinciden en que Marte podría ser el primer experimento en esta
tarea de transformar un cuerpo telúrico hasta convertirlo en un oasis para
nosotros, o por lo menos que alcancemos las condiciones básicas para
sustentarnos y establecernos en forma permanente o en una primera etapa, por
períodos prolongados.
Para Terraformar Marte debemos devolver al planeta a las
condiciones que tuvo hace 3.500 millones de años, condiciones que eventualmente
pudieron sustentar alguna forma de vida. Se afirma que tenía una serie de
elementos que permitieron una gruesa atmósfera. Seguramente esos elementos
están congelados en la superficie marciana, ya que en la actualidad Marte es un
lugar congelado e inhóspito.
Marte es un planeta rocoso, es casi la mitad de la Tierra;
con una tenue y delgada atmósfera, la que permite el paso libre de la radiación
proveniente del espacio; está compuesta
por varios gases, 3% nitrógeno, 1.6% de argón y pequeñas proporciones de oxígeno, agua y metano, su principal
componente es el CO2 que forma 95,32%. La presión en su superficie es muy baja
0.6 kPa, la Tierra es de 101.3 kPa. Su temperatura oscila entre -87° C y 20°C,
su media es -46°C, Marte tiene una tenue
gravedad, su velocidad de escape es de solo 5,027 k/s.
Para poder emprender una tarea tan colosal, tenemos que descubrir
cuáles fueron los motivos que llevaron a Marte de ser un mundo similar al
nuestro, cálido y húmedo al planeta árido y helado que conocemos actualmente.
Marte no siempre poseyó una atmósfera tan delgada y tenue como en la
actualidad. En el pasado su atmósfera era más densa, como la terrestre. ¿Qué
motivó a que Marte se transformara con el paso del tiempo hasta perder gran
parte de su atmósfera? ¿y qué pasó con el agua?
En marzo del 2015 la NASA, basado en datos recogidos por la
sonda MAVEN anunciaron en una rueda de prensa que la radiación y gases emitidos
por el Sol durante las tormentas solares al paso de millones de años barrieron
la atmósfera marciana. Marte no posee un protector campo magnético como la
Tierra, esto hace a su atmósfera vulnerable a la radiación ultravioleta y
cósmica que constantemente esteriliza su superficie. Esto también afectó el
agua que en una etapa temprana existió en el planeta rojo, haciendo que se
evaporara y se perdiera en el espacio.
Estos complejos estudios de su superficie demostraron que
Marte hace unos 3600 millones de años poseía grandes cantidades de agua; en su
superficie existía un océano primitivo, Esta extensión de agua cubría un área
mayor que el océano pacifico y muchos se preguntan sí este océano fue capaz de
albergar formas de vida. Su superficie está surcada por lechos, deltas y
canales de antiguos ríos y lagos. Los exploradores en Marte Spirit y Oportunity
han encontrado elementos que solo se forman con la presencia de agua. En esa
etapa primitiva; el planeta era caliente, tenía volcanes activos que emitían
dióxido de carbono a la atmósfera haciéndola espesa lo que permitió el efecto invernadero.
Sin embargo, Marte posee agua en sus casquetes polares y se
han encontrado vestigios de agua que corre por sus laderas en ciertas
estaciones del año marciano. Posiblemente haya agua depositada bajo su
superficie en cantidades importantes.
¿Qué haría falta para terraformar Marte?
Para llevar vida a este mundo inhóspito se requiere
desarrollar una ingeniería planetaria a una escala nunca vista. Esta empresa
costaría grandes cantidades de dinero y recursos aunados al tiempo que se invertiría,
podría llevarnos siglos o más de mil años lograrlo.
La primera fase sería calentar al planeta (nosotros los seres
humanos somos expertos en eso) pero no sabemos qué cantidad de temperatura sea
la adecuada, se necesita dióxido de carbono y agua, muchos científicos creen
que parte de la atmósfera marciana está pegada a su superficie, atrapada entre
las rocas o enterrada bajo ella.
En los polos hay dióxido de carbono congelado y hielo seco.
Hace falta encontrar más carbonatos en su superficie para reactivar la
atmósfera arcaica.
En esta primera fase
deberíamos calentar la zona ecuatorial. Esa será la misión primordial de los
primeros colonos, producir gases que contribuyan al efecto invernadero como lo
estamos haciendo en nuestro mundo desde más de un siglo. Utilizando unos
mecheros en donde el CO2 congelado de Marte se caliente y comience a
concentrarse en la atmósfera y pueda atrapar el calor solar. Otra posibilidad
en estudio por los expertos planetarios es la utilización de cierto tipo de
gases miles de veces más potentes que el CO2 en producir el efecto invernadero.
Según los cálculos necesitaremos calentar Marte diez veces
más de lo que hemos calentado a la Tierra. Cuando la atmósfera se espese y el
hielo se derrita hasta permanecer en forma líquida habremos logrado que el
cielo marciano se comience a ver de un tono azul con sus nubes blancas; el agua
se estancará en pequeñas depresiones, al evaporarse el agua subirá a la
atmósfera y el ciclo de la lluvia retornará después de millones de años. Se
debe destacar que esta atmósfera no sería respirable para los seres vivos de la
Tierra por tener grandes cantidades de dióxido de carbono y poco oxígeno.
Esta primera fase se
podría darse en unos 100 años, pero como la ciencia avanza en forma exponencial
podemos conjeturar que habrá soluciones que aceleren estos procesos.
La siguiente fase de terraformar al planeta rojo es tratar de
establecer la vida, ¿qué tipo de vida podemos introducir? El suelo marciano
está formado por regolito, fragmentos de rocas y minerales que cubren las rocas
y pueden contener todos los nutrientes químicos que requieren las plantas.
Los musgos y los líquenes serían los primeros organismos en
ser trasplantados en Marte, ellos destruyen las rocas convirtiéndola en tierra,
son organismos muy resistentes, soportan las altas radiaciones, florecen con el
CO2 y en bajas temperaturas, sobreviven con muy poco agua, realizan la
fotosíntesis y producen material orgánico para las plantas al introducirse en
el suelo y fertilizarlo.
Un componente indispensable para los ecosistemas es el
nitrógeno y en 2015 se anunció que el rover Curiosity encontró muestras de
nitrógeno orgánico, posiblemente el suelo marciano posea este elemento
indispensable para las plantas.
Al conseguir una temperatura de 5° C en la superficie del
planeta se podrán desarrollar los primeros árboles, los pinos, que son muy
resistentes a las bajas temperaturas, pueden vivir con poco oxígeno y altas
radiaciones. Son capaces de diseminar sus semillas con el viento sin la ayuda
de animales o insectos polinizadores, también mejoraran el suelo.
Estos árboles capaces de vivir en condiciones extremas serán
los primeros organismos capaces de producir el oxigeno que requerimos. Esto
llevará generaciones en afianzarse en el suelo marciano, incluso la ingeniería
genética será aplicada hasta que los bosques marcianos se extiendan por su
superficie.
Con el paso de los años la vida marciana será cada vez más compleja,
con un ecosistema diversificado formado desde vida microbiana hasta una fauna y
flora complejos; dando paso a un nuevo planeta azul en nuestro sistema solar,
en donde no podemos cometer los mismos errores que hemos cometidos en nuestro
planeta de origen.
Para los humanos, la colonización de Marte representa una
oportunidad inédita de conocimiento, no sabemos cómo evolucionara realmente el
planeta colonizado. No estamos seguros si se convertirá algún día en una
segunda Tierra, pero esta tarea nos dará la oportunidad de extender nuestra
existencia por un período de tiempo mayor, sentando las bases para futuras
colonizaciones que permitirán a la especie humana extender su presencia en
nuestro Universo.
Nada es eterno, algún día nuestro planeta dejará de existir y
nuestra especie tendrá que mudarse para sobrevivir; nuevamente retornaremos a
lo que durante miles de años hicimos; recorrer senderos interminables guiados
por el Sol y las estrellas, atravesando mares en búsqueda de nuevas tierras en
donde poder expandir nuestra especie.
Somos una especie nómada que desde hace milenios nos
desplazamos por todo el planeta, afrontando grandes riesgos que nos expusieron
muchas veces a la extinción total de nuestra especie. Nuevamente el camino
estrellado nos llama.
Marcos Tulio Hostos – ACA
Créditos:
Wikipedia.
NASA/JPL
Marte verde – Kim Stanley
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