CONTAMINACIÓN LUMINICA vs CIELOS ESTRELLADOS
Por: Marcos Tulio Hostos
Desde el inicio de la vida en nuestro planeta la mayoría de
las especies han creado un vínculo o adaptación al ciclo de las estrellas, la
salida y puesta del Sol con su ciclo día/noche, períodos de luz y oscuridad que
se han repetido desde hace eones en nuestro mundo. El movimiento aparente de
los astros saliendo por el este y ocultándose por oeste ha formado patrones
para muchos animales (incluyendo a seres humanos) en la naturaleza. Los cambios de estaciones afectan el clima, la
variedad y producción de alimentos, la orientación estelar utilizada por muchas
especies se ven afectadas por la contaminación lumínica.
Como consecuencia de la contaminación lumínica que observamos
en el cielo nocturno de muchas ciudades y centros poblados; los habitantes de
estos conglomerados urbanos ven como los cielos son cada vez más brillantes,
como van perdiendo su tono oscuro y su iluminación en forma de aureola es
posible apreciar a grandes distancias.
El resultado de esto impide
a los seres humanos (y a otras especies) no solamente regocijarnos de ver las estrellas en las
noches, como muchos ingenuamente piensan que es el inconveniente. Sino que
otras implicaciones más complejas que perturban el medio ambiente están envueltas en el
problema.
Esta aparente inocua contaminación consiste en el flujo de
emisiones de luz provenientes de fuentes artificiales en horas nocturnas de
variables intensidades, direcciones y rangos espectrales que presentan nuestras
zonas urbanas. Radica en primer lugar en el aumento del brillo del cielo
nocturno por reflexión y difusión de la luz artificial en los gases y las
partículas del aire urbano (contaminación, smog, polvo) lo que afecta el paso
de la luz natural procedente de las estrellas y otros cuerpos celestes.
La contaminación lumínica es un fenómeno relativamente nuevo
y es un producto agregado del avance tecnológico de nuestra civilización
global. Su origen se remonta desde la era industrial, por el inicio de la
iluminación eléctrica creciente de las ciudades en nuestro planeta. Con el
avance de la contaminación lumínica rompemos un nexo entre los seres humanos y
las estrellas que se remonta desde nuestros orígenes. La perdida durante
generaciones de la capacidad de contemplar un cielo estrellado nos ha
desconectado sin lugar a dudas con el Universo.
Efectos de la contaminación lumínica.
Hay múltiples efectos
negativos a causa de este fenómeno; como perturbar el desplazamiento migratorio
de especies. Se ha comprobado que la fauna nocturna es mayor y precisa de la
oscuridad para cumplir sus hábitos. La iluminación excesiva de las zonas
costeras altera el ciclo de ascenso y descenso del plancton afectando la cadena
alimenticia en el mar. El numeroso grupo de los insectos se ven afectados por
las luces artificiales, más del 90% de los insectos son de hábitos nocturnos
(reproducción y migración) y son perturbados en el ciclo día/noche. Esto
representa una cadena de afectaciones que implica a aves, murciélagos, anfibios
etc. que se alimentan de insectos. Igualmente la flora al disminuir su ciclo de
polinización cambia la vida de diferentes especies.
El exceso de luminosidad artificial ayuda a incrementar el
calentamiento global y repercute en la economía por la pérdida de energía
proyectada hacia el cielo. Se calcula que la iluminación urbana ocupa entre un
25% y un 50% del consumo de energía. Este consumo es pagado por los ciudadanos
de las comunidades, lo que representa un gasto innecesario que puede ser aprovechado
en proyectos para mejorar la calidad de vida.
A los seres humanos el incremento de luz artificial les afecta
la visión, los ojos tienden a cerrar sus pupilas desmejorando la capacidad de
captar de forma eficiente el entorno. También los seres humanos son afectados
en el campo cultural y social.
Según un estudio presentado por neuro investigadores de la
Ohio State University Medical Center en 2012 en donde revelan que exponerse en
horas nocturnas a fuentes lumínicas como pantallas de computadoras o televisión
alterarían el ciclo luz/oscuridad provocando desajustes que son causantes de
estados depresivos e igualmente alteraciones en el hipocampo, disminución de
las espinas dendríticas y aumento del factor de necrosis tumoral (TNF).
En estudios anteriores demostraron una relación entre
contaminación lumínica nocturna y un mayor riego de cáncer de mama y obesidad,
de igual manera el estudio arroja que el incremento de la tasa de trastornos
del humor guarda relación con el incremento de la contaminación lumínica en las
ciudades durante los últimos 50 años.
Dentro de sus causas tenemos el diseño de lámparas inspiradas
más hacia el diseño artístico que lo funcional / ambiental. Su mal
posicionamiento hace que su luz se pierda hacia arriba o se refleja en el piso
u otros objetos.
El desconocimiento del problema por parte de los entes
gubernamentales y organizaciones ambientalistas como de la población en
general, (adaptada a vivir durante años bajo estas condiciones), hacen que no
se tome la importancia debida al caso y que se realicen los correctivos
necesarios para corregir esta complicación.
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