En nuestra civilización actual el ciudadano común piensa que
los viajes tripulados y la exploración espacial simbolizan un futuro histórico
a mediano y largo plazo. Muchos no dudan que muy pronto estaremos cruzando el
espacio que hay entre nuestro planeta y los demás cuerpos celestes que conforman
nuestro vecindario. Esto, posiblemente es influenciado por la literatura de
ciencia ficción y el cine. Seguramente otra causa sea los logros obtenidos por
sondas viajeras que han alcanzado diferentes destinos en nuestro sistema
planetario, como también lo han hecho artefactos robóticos dirigidos desde la
Tierra que se desplazan por la
superficie de Marte y la Luna, enviados por diferentes agencias aeroespaciales
de varias naciones.
Realmente las misiones tripuladas desde hace unas décadas se
han limitado a vuelos orbitales y a pernoctar en las estaciones espaciales,
como la ISS con una tripulación permanente dedicada a experimentos científicos.
Mientras que la robótica ha tomado el
protagonismo en la exploración del Sistema Solar. Estos rover son en realidad
laboratorios equipados con instrumentos científicos monitoreados desde la
Tierra; como es el caso de Curiosity, (el último de los rover enviados) que
surca la superficie de Marte enviándonos fotos espectaculares y perforando
rocas para su análisis entre otros estudios.
¿Pero cuando llegaremos a Marte?
El momento cuando seres humanos posen su huella en Marte no
tiene fecha definida; la llegada de personas a Marte se ha pospuesto para el
2030 o 2040 y está sujeta a cambios.
La Luna, que está
mucho más cerca y que tenemos la experiencia de haber visitado en el siglo XX,
ha sido abandonada por la presencia humana; la creación de una base permanente en
ella no se ha materializado hasta los momentos. El último visitante que tuvo
fue un pequeño rover enviado por China el 14 de diciembre de 2013.
Para poder hacer largas travesías por los espacios de nuestro
Sistema Solar nos enfrentamos a grandes retos, no solo en materia tecnológica,
sin duda la preservación de la vida de los astronautas es la prioridad más
importante de un proyecto de vuelo espacial. Las altas dosis de radiaciones a
la que se vería expuesta una tripulación en un viaje a Marte o a cualquier otro
lugar son altas y letales. Sin contar con la problemática que representa los
viajes a otras estrellas.
¿Cómo percibe el ciudadano común en estos tiempos la carrera
espacial?
La inmensa mayoría de los habitantes de nuestro planeta no
tienen una idea clara sobre la importancia o no de la investigación espacial.
Una mayoría está consciente que inmensos recursos de los países involucrados
son invertidos en la industria espacial, y muchos piensan (dentro de una
aparente lógica) que esos recursos estarían mejor utilizados en costear la
solución de los grandes problemas, tanto de sus propios países como de la
propia Humanidad. A fin de que dificultades como el hambre, la pobreza, la
falta de agua. Etc., se solucionarían entre otros males con estos recursos. En
la práctica esto no es así.
Lo que pasa es que muchos de los avances científicos y
tecnológicos que disfrutamos actualmente en nuestra vida cotidiana, proceden
directamente de la industria espacial, y estos beneficios pasan desapercibidos
para la mayoría de nuestros congéneres. Desde los inicios de la carrera
espacial las industrias involucradas, han tenido que esforzarse en resolver
problemas de ingeniería y tecnológicos complejos cuyas soluciones derivaron en
un gran número de aplicaciones útiles para la industria y la vida domestica.
La ciencia aeroespacial ha aportado avances en los campos de:
Telecomunicaciones, Informática, Robótica.
Creando circuitos integrados o chips.
La Biomédica.
Meteorología.
Matemáticas.
Astronomía.
Física.
Satélites de Comunicaciones.
Sistema de Posicionamiento Global – GPS
Seguimiento por satélite de los recursos Pesqueros, Agrícolas,
Forestales y Minerales.
Descubrimiento de nuevos materiales.
Nanotecnología.
Recientemente la administración del presidente Obama anunció
la creación de una ley que permita a las compañías privadas explotar los recursos mineros en nuestro
Sistema Solar, como asteroides potencialmente ricos en metales y minerales
escasos en la Tierra.
Esto contraviene el Tratado
sobre el espacio ultraterrestre, firmado y ratificado por la mayoría de los
países; este tratado forma la base del derecho internacional sobre los
principios que deben regir en el uso y explotación del espacio por los Estados.
La racionalización en el uso de estos recursos y conocimiento científico debe
formar parte de un marco conceptual que rija el derecho de todos sobre el
espacio exterior.
Realmente los recursos científicos y económicos producto de
la investigación del espacio exterior deben ser distribuidos entre todos los
países de nuestro planeta. Estos recursos podrían mejorar la calidad de vida de
todos los habitantes de nuestro mundo y ayudaría a resolver problemas de
desarrollo y necesidades de los pueblos. Nuestro planeta nunca ha tenido una
población mundial como la actual. Somos más de 7.000 millones de habitantes,
con un planeta con recursos sobre explotados.
Por ello se debe constituir un organismo internacional
dedicado a la exploración y explotación del Cosmos, apoyado económicamente por
todos los países en forma equitativa y proporcional según las economías
individuales de cada país.
Este organismo deberá
planificar y desarrollar en primer lugar, estrategias que representen los
intereses de toda la humanidad en los descubrimientos del espacio. Con metas no
solo en la explotación de recursos, si no en algo que es vital para nosotros
como especie. Encontrar otros lugares propicios para la vida en donde se pueda
expandir la raza humana, propagar a la especie humana se ha convertido en algo
trascendental para nuestra supervivencia.
Sabemos que nuestro planeta ha sufrido cinco grandes
extinciones masivas que han pulverizado la vida en él. Algunas de ellas fueron
el resultado de catástrofes cósmicas como la que condujo a la desaparición de
los dinosaurios. Debemos aprender de esa lección.
Anteriormente se calculaba que cada 100.000 años nuestro
planeta era impactado por un cuerpo de proporciones regulares. En la actualidad
este pronóstico se ha reducido a cada 30.000 años.
Gracias al telescopio espacial Kepler sabemos que en nuestra
Galaxia existen estrellas con sistemas multiplanetarios en donde varios de sus
integrantes están situados en zonas de habitabilidad, lo que aumenta el número
de probabilidades de encontrar planetas habitables o terraformables.
Creo que la población mundial debe comenzar a pensar un poco
más allá de nuestros problemas acostumbrados que durante años hemos padecido en
nuestros países. Es hora de vernos a nosotros mismo como lo que somos una
“única especie humana” habitando un pequeño planeta rocoso, con intereses
comunes, que se protege a sí misma y tiene proyectos y objetivos de envergadura
mundial que nos permita evolucionar y mejorar nuestra calidad de vida y la
preservación de nuestra especie. La exploración de nuestro Sistema Solar no
puede proporcionar elementos económicos que pueden mejorar sustancialmente
nuestras vidas y a largo plazo salvarnos de la extinción. Ahora que el Calentamiento Global nos amenaza
con consecuencias que afectan al planeta entero; es una buena oportunidad de
unirnos para enfrentar como un todo este peligro.
El ser humano desde tiempos remotos ha trazado su camino como
una especie nómada, desde su salida de África hace unos 200.000 años, no ha
parado de recorrer nuestro planeta llegando a cada rincón de la geografía
terrestre, adaptándose al clima, al medio ambiente que le rodea y en la
actualidad mira hacia las estrellas como una nueva frontera. Quizás la historia
se repita si llegamos alcanzar establecernos en otros mundos. En donde nos
adaptaremos a nuevos ambientes que moldearán y modificaran nuestro organismo como
lo hicimos en la Tierra durante miles de años para sobrevivir.
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