Sirio. El Perro de las estrellas.
Marcos Tulio Hostos - ACA
La estrella Sirio forma parte de los objetos que se destacan
en la Bóveda Celeste y es conocida por la especie humana desde tiempos
inmemoriales, con su intenso brillo color blanco azulado es fácil de localizar
en el cielo nocturno. Sirio realmente es la estrella más brillante de todas a
simple vista y es el doble del tamaño de nuestro Sol; pueda que su brillo la
ayudó a formar parte de diferentes civilizaciones y pueblos en nuestro planeta,
pero, realmente no es una estrella
solitaria, es un sistema doble o quizás triple que por la incapacidad de nuestra
vista a separar objetos a grandes distancias, la vemos como una sola fuente de luz.
Sirio tiene una
compañera conocida como Sirio B una enana blanca que solo puede ser observada
por telescopios de gran magnitud. Sirio B es la estrella enana blanca más
cercana a la Tierra con una masa aproximada a nuestro Sol, lo que la convierte
en una de las más masivas hasta ahora descubiertas, normalmente las estrellas
enanas tienen la mitad de la masa solar pero hay que destacar que su tamaño es
aproximado al diámetro terrestre, lo que significa que su densidad es muy alta.
En el siglo pasado, a mediados de 1995, dos astrónomos
franceses Daniel Benest y Jean-Louis Duvent publicaron un artículo llamado ¿Sirio es un sistema triple? en donde
presentaron sus conclusiones sobre disparidades orbitales observadas durante
años con Sirio. Afirmando que esto corresponde a la presencia de una tercera
compañera, denominada Sirio C, una estrella muy pequeña, posiblemente una enana
roja o marrón que gira alrededor de Sirio A en un período de 6.3 años. Hasta el
presente ningún observatorio dedicado a la caza de Sirio C ha podido dar con
ella.
En nuestro cielo nocturno Sirio forma parte de una de las
constelaciones más arcaicas que ha sobrevivido desde épocas remotas hasta
nuestros días, el “Can Mayor”, este grupo de estrellas está situado en el
hemisferio celeste sur, es muy conocida desde la antigüedad por pueblos en diferentes puntos de nuestro
planeta como los grandes navegantes de alta mar de las Polinesias, cuya brújula
eran las mismas estrellas, tomando como referencia los arcos dejados por las
estrellas al desplazarse de un punto del horizonte a otro en la zona
tropical del cielo nocturno, de igual manera pueblos indígenas de norte y sur
América, África le dieron una posición destacada, muchos de estos pueblos la
relacionaban con perros, otros con lobos. Para los griegos, chinos, sumerios y
babilónicos fue de gran importancia en sus culturas.
Y por supuesto a la civilización Egipcia, muchos
investigadores afirman que esta constelación en forma de perro es la que
verdaderamente está representada en la famosa esfinge, eterna compañera de las
pirámides y no el león de la constelación de Leo como se afirma en muchos
escritos.
En Egipto Sirio fue conocida como Shotis o Shetis apareciendo
desde hace miles de años en los registros astronómicos como la Estrella Perro.
En la cultura egipcia Sirio poseía un papel protagónico. Esta estrella se
relacionaba con algo vital para la economía del país. La crecida del Nilo, que
fertiliza sus riveras al dejar una capa de limo en las inundaciones anuales.
Estas tierras son las únicas áreas propicias para la agricultura en Egipto.
Todos los años s sacerdotes – astrónomos de Egipto esperaban
el orto helíaco de Sirio en el horizonte, hacia en Este, lo que significa su
primera aparición en el horizonte en el año de la estrella momentos antes que
el Sol salga por el Este. Este acontecimiento daba inicio a las inundaciones por
el rio Nilo de las tierras para su fertilización y el inicio del año egipcio.
Esta temporada de desbordamientos era recibida con gran júbilo y alegría por el
pueblo egipcio.
El problema se presentaba porque los egipcios sumaban
anualmente 365 días por año sin añadir ningún día que les permitiera compensar
el año sidéreo, por lo tanto cada 4 años en el orto helíaco de Sirio se
desplazaba un día en el calendario con el año, lo que llevaba a coincidir con
el año nuevo cada 1460 años. Cuatro años por cada uno de los 365 días del año.
Esto se conoce como ciclo sotíaco, de Sothis la diosa egipcia que personificaba
a la estrella Sirio.
Para Sirio el alfa del Can Mayor el orto helíaco para el
Trópico de Cáncer corresponde al 25 de julio. En el año de 1904 el investigador
alemán Eduart Meyer sospechó que combinando los textos antiguos, datos
arqueológicos con los registros astronómicos del acenso de Sirio se lograba
calcular las fechas de los reinados de los faraones, de una manera diferente a
la cronología del Antiguo Egipto. . En la cultura egipcia se encuentra el
templo de Hathor en Dendera, muy relacionado con la astronomía, allí existe una
representación de la diosa Satis disparando su flecha a Hathor - Sirio,
siendo simbolizada como la flecha en sí. Según el famoso astrónomo Sir Norman
Lockyer, estudioso de Stonehenge, afirmaba que el templo de Dendera era más
antiguo que Stonehenge y se diseñó alineándolo con Sirio.
La civilización sumeria le dio igualmente gran valor a la
estrella Perro, tiene registros astronómicos escritos en tablillas de arcilla
desde hace unos 3.000 años, en su cultura la estrella Sirio ostentaba un lugar
significativo en su religión y como una referencia en el calendario, marcando
los años bisiestos y su ciclo agrícola.
En la astronomía china Sirio y la constelación de Canis Maior
es llamada como Tien-Kou y en japon la estrella Sirio es conocida como la
estrella del lobo celestial. Los antiguos chinos y otras culturas relacionaban
a Sirio con un gran arco y una flecha, formada por las constelaciones Puppis y
Can Mayor atravesando la bóveda celeste hacia el sur en donde apunta al Lobo
Sirio. En Alaska, el pueblo inuit del estrecho de Bering la nombraba como Perro
– Luna. Otras tribus la conocían como la estrella Lobo y otras, estrellas
Coyote
En algunos pueblos indígenas de la América precolombina la
astronomía llegó a un gran avance en sus concepción del Cosmos, algunas
destacaban en sus sociedades la presencia de la estrella Sirio, como los indios
Hopi en Norteamérica y el pueblo cheroqui quién conjugó a Sirio con Antares en su mitología y
los visualizó como perros guardianes del camino de las almas. Los mayas
plasmaron en sus jeroroglífos la constelación de Canis Maior con la estrella
Sirio como parte de su cultura cosmológica. En el calendario Maya se establece
que su inicio corresponde al solsticio de verano, el 26 de julio, período en
que la estrella asciende conjuntamente con el Sol (orto helíaco) por el
horizonte y termina 364 días posterior, el 24 de 24 de julio del siguiente año,
dejando un día que no contabilizaban y formaba parte de sus celebraciones.
Son innegables los lazos ancestrales de los planetas, las
estrellas y sus agrupaciones que forman conceptos propios de sus culturas con
los seres humanos. Ellos han favorecido entender el Universo circundante, permitiendo
el enriquecimiento cultural y científico de los humanos como especie. La Arqueoastronomía
seguirá dándonos sorpresas con sus descubrimientos.
Marcos Tulio Hostos - ACA
Créditos:
Wikipedia - Sirio
Francisco R. Villatoro
La ciencia de la mula Francis.
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