LA ESTRELLA DE BELÉN
la estrella mensajera
Por: Marcos Tulio Hostos
La estrella de Belén, el enigmático
objeto celeste que guio a los Tres Reyes Magos en su travesía para encontrar el
lugar de nacimiento del Mesías ha cautivado durante siglos a escritores,
filósofos, teólogos, astrónomos y a las personas en general. Según relata la
tradición cristiana, ellos la observaron hacia el oeste de la bóveda celeste y
supieron que su viaje había concluido al notar que se detuvo en el lugar en
donde había nacido Jesucristo. Esto por supuesto dentro de la física es muy
improbable, que un objeto celeste se pose encima de algo tan pequeño como un
pesebre, o incluso un poblado, pero bueno eso es otra historia.
Esto lógicamente ha traído
controversias entre estudiosos de la biblia, historiadores, cristianos y
científicos, especialmente dentro del campo astronómico sin lugar a dudas.
Y también ha planteado muchas
interrogantes.
¿En qué lugar del cielo apareció? ¿Cuán
brillante era? ¿Qué forma tenía? ¿Qué color tenía? Estas y otras preguntas se
han hecho todos los que han intentado estudiar el fenómeno celeste, que de por
si es uno de los más importantes fenómenos celestes de la humanidad.
Desde la antigüedad muchos astrónomos
han intentado descubrir cual fue ese extraño objeto protagonista de tan
relevante evento que ha inspirado espiritualmente a un buen número de
habitantes de nuestro planeta durante más de dos mil años.
Desde hace siglos podemos encontrar a
astrónomos como Johannes Kepler reconocido astrónomo alemán, quién en el año de
1614 estableció que unas 105 conjunciones entre los planetas Júpiter y Saturno
se dieron en el año 7 A.C. por lo que llegó a la conclusión de que posiblemente
alguno de estos eventos pudo ser la famosa estrella de Belén.
Cálculos efectuados más recientemente
con mayor exactitud han demostrado que el acercamiento o conjunción entre ambos
planetas para ese período de tiempo no fue realmente significativo como lo
previó Kepler y para apoyar esto tenemos el caso de un antiguo calendario
grabado en una tablilla de arcilla de Babilonia, en donde se evidencia que los
astrólogos de la época le restaron importancia al hecho.
Pero ¿y si en vez de una conjunción
planetaria fue en realidad un cometa errante que quizás nos visitaba por
primera vez? Esta tesis ha sido defendida por muchos estudiosos del caso y en
verdad si nos ponemos a estudiar el tema vamos a encontrar que muchas de las
representaciones del arte antiguo personifican a la estrella de Belén con cola,
como un cometa. Esto pone difícil la cuestión, ya que si no es un cometa
periódico cuya trayectoria ya ha sido establecida en las cartas astronómicas y
por el contrario es un cometa de órbita hiperbólica, que apareció una sola vez
en condiciones excepcionales para ser observado con mucho brillo desde la
Tierra. Este inusual visitante sin poseerse un registro de su órbita
imposibilitaría probar su existencia en el momento.
Pero muchos alegan que la aparición
de un cometa en el cielo nocturno difícilmente se puede confundir con el brillo
de una estrella, los cometas eran objetos celestes conocidos desde tiempos
remotos por la Humanidad y es poco probable que se hayan confundido. Otro
argumento válido es que desde la antigüedad los cometas eran reconocidos como
portadores de desgracias y malos acontecimientos para los habitantes de las
tierras en donde eran observados su aparición era motivo de preocupación por la
supuesta mala fortuna que ellos acarreaban.
Por el contrario la estrella de Belén
era portadora de buenos augurios, fe, alegría y esperanza para muchos. Hay
personas que afirman que el famoso cometa Halley pudo ser la estrella de Belén,
ya que el famoso pintor Giotto en 1304 lo inmortalizó en su obra “La adoración
de los Reyes Magos” cosa que por la precisión de su órbita ya conocida, lo
convierte en un candidato poco probable.
También podemos pensar que de la
misma forma en que puede aparecer un cometa nunca antes visto en el cielo,
también puede pasar con una estrella jamás vista antes que aparece
repentinamente en la bóveda celesta. Lo que sería una Nova o Supernova. Y son
estrellas cuya normal existencia se ve transfigurada por una explosión de tal
magnitud que su brillo llega a varios miles de veces su brillo original, ellas explotan
al formar sus capas exteriores grandes acumulaciones de helio mediante
reacciones nucleares y se expande a grandes velocidades. Su brillo logra ser
igual o mayor que el brillo de toda una galaxia. Ya ha pasado antes, ocurrió en noviembre de 1572 y
pudo ser observada por muchas personas en la constelación de Casiopea, la
explosión de una masiva estrella cuyo nombre es la Supernova de Tycho, cuyos
registros de observación de esta espectacular estrella le valieron su nombre.
Su observación duró 18 meses.
La teoría de una nova o supernova
como la protagonista de la historia de la estrella de Belén carece de un soporte vital, lamentablemente
no existen o no se han encontrado aún registros en la antigüedad de la
aparición de estos eventos en las fechas cercanas al nacimiento de Jesús, lo
que la debilita pero no la descarta de lleno.
En la era actual muchos de los
astrónomos contemporáneos se han dedicado a tratar de establecer una teoría
coherente que explique y confirme que la estrella de Belén fue realmente un
hecho histórico. Como el profesor Grant
Mathews, quien enseña astrofísica en el Departamento de Física de la
Universidad de Notre Dames´s College of Science. Mathews ha estudiado por más
de una década el enigma que envuelve este fenómeno astronómico que realmente
marca el inicio de nuestra era.
Él afirma que lo que apareció en el
cielo en esa época no fue realmente una estrella, fue una extraña alineación
planetaria que según sus cálculos se repetirá dentro de 500.000 años.
Basado a documentos astronómicos y
bíblicos estudiados por Mathews, llegó a la conclusión de que el evento
astronómico protagonizado por los Reyes Magos (posiblemente sacerdotes del Zoroastrismo
proveniente de la antigua Babilonia y Mesopotamia) fue realmente una alineación
planetaria muy poco común que se conjugó en el año 6 A.C. La fecha del
nacimiento de Cristo se calcula en el año 6 al 7 A.C.
En el momento de la alineación el
Sol, Júpiter, la Luna y Saturno estaban todos en Aries, mientras que Venus
estaba en Piscis, por otra parte Mercurio y Marte se encontraban en Tauro. Para
esa época Aries marcaba el punto del equinoccio vernal.
La fenomenal alineación planetaria en
el cielo, fue acompañada por una interpretación astrológica que nos da la pista
del ¿Por qué los Reyes Magos tenían la certeza del nacimiento de una persona
importante?
Según la interpretación de los
astrólogos de la antigua Babilonia y Mesopotamia, el hecho de la aparición de
Júpiter y la Luna significaban el nacimiento de un gobernante con un futuro excepcional.
Saturno era un símbolo de la entrega de la vida, de igual forma la presencia de
Aries en el equinoccio vernal marcando el comienzo de la primavera, la vida, el
renacimiento, el verdor. Que la alineación ocurrió en Aries, señala Mathews,
significaba un gobernante recién nacido en Judea.
Los Reyes Magos estudiosos de la bóveda
celeste habían reconocido e interpretado las señales que significaban un
nacimiento real en Judea. Ellos partieron en búsqueda de ese ser, recién nacido
cuya vida estaba destinada a ser especial y extraordinaria, que daría luz y
esperanza a millones de seres humanos marcando en la historia de la Humanidad un
“antes” y un “después”.
Según los cálculos pasarán unos
16.000 años para darse otra alineación similar, pero el equinoccio vernal no
estará en Aries. Solo dentro de 500.000 años las condiciones astronómicas se
alinearan para producir otra Estrella de Belén.
Créditos:
Wikipedia
ABC.ES
Saludos y Bendiciones mi apreciado amigo y consocio, muy interesante su articulo, solicito autorización para compartirlo. Deseo este muy bien en unión familiar. Nos seguimos encontrando en esta vía láctea.
ResponderEliminarGracias por tus comentarios y por compartir el art[iculo.
EliminarExcelente Presidente ACA,,,Un Saludo y buenos deseos astronómicos para ud y familia. Ya lo republico en el blog 114mmm
ResponderEliminarGracias por tus buenos deseos
EliminarFantástico, sin desperdicio, muchas gracias amigo, me encantó, fascinante.
ResponderEliminarGracias amiga por tus palabras.
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