MOLÉCULAS ORGÁNICAS ENTRE LAS ESTRELLAS
Por:
Marcos Tulio Hostos
Sin
duda alguna que la búsqueda de vida inteligente o primitiva en nuestra Galaxia
se ha tornado cada vez más en una aventura fascinante. Gracias a los avances
tecnológicos y al refinamiento de las técnicas de detección hemos logrado enfocar
la ruta hacia la respuesta sobre la incógnita que ha acompañado a la Humanidad
por miles de años. ¿Estamos o no solos en el Universo? ¿Es nuestro planeta
Tierra el único lugar capaz de sustentar la vida?
Invariablemente
la respuesta a esta interrogante en un momento dado nos conducirá a centrarnos
en nuestro verdadero lugar y papel como especie en el Cosmos. Mucho hemos
avanzado desde los días en que la comprensión que teníamos del Universo se
limitaba al Sol, la Luna los planetas, las estrellas y esporádicamente a la aparición
de algún cometa en el cielo que despertaba el miedo y la superstición entre la
población.
Pero
rápidamente gracias a la astronomía y otras ciencias pasamos de estar ubicados
en el centro del Universo a formar parte de un sistema planetario, flotando en
el espacio, como una roquita en la tercera posición con respecto a una modesta
estrella llamada Sol. Y mucho menos pensar que estamos situados en el centro de
nuestra Galaxia, con el tiempo averiguamos que vivimos en los suburbios, en las
afueras, en uno de los brazos de nuestra Vía Láctea. O sea hemos bajado de
categoría.
Nuestra
Vía Láctea igualmente está formada por millones de estrellas y la mayoría son
estrellas muy pequeñas llamadas enanas; muchas de las estrellas poseen planetas
a su alrededor, algunos con potencial para alojar vida en ellos.
Existen
actualmente una investigación dedicada a la búsqueda de moléculas orgánicas en
los discos de acreción de las estrellas jóvenes, en formación o protoestrellas.
Como es el caso del trabajo efectuado por el equipo de Chin-Fei Lee (Academia Sínica
Instituto de Astronomía y Astrofísica, Taiwán) el equipo ha
utilizado el Grande / submillimeter Array Milimétrico de Atacama (ALMA) para
detectar moléculas orgánicas en un disco de acreción que envuelve a una joven
protoestrella. La estrella estudiada es Herbig-Haro (HH) 212, un sistema que se
puede catalogar en una etapa infantil (unos 40.000 años de edad) en Orión, a
unos 1300 años luz de distancia.
Visto
desde nuestro planeta podemos observar que el disco está casi de canto y es el
origen de un chorro bipolar. Lo interesante de la investigación de este equipo
es que a encontrado en HH 212 un ambiente de moléculas orgánicas complejas que
están asociadas con el disco. El metanol (CH3OH) está implicado,
como se deuterado metanol (CH 2 DOH), metanotiol (CH 3
SH), y formamida (NH 2 CHO), que
los científicos perciben como predecesores para la producción de biomoléculas
como aminoácidos y azúcares.
—Es factible que se forman en las partículas de hielo
en el disco para luego ser liberados de forma gaseosa por el calor emitido por
la radiación estelar o algún otro medio como las colisiones.— Según el co-autor Zhi-Yun Li de la Universidad de Virginia.
Descubrimientos como estos nos permiten
conceptualizar a un Universo con más probabilidades de sustentar la vida. Los
materiales fundamentales para la formación de la vida son más comunes que lo
que se pensaba hace unos años atrás. Sumado a esto, se calcula la existencia de
miles de millones de planetas alrededor de las estrellas y tomando en cuenta
que hay un alto porcentaje de que muchos de ellos sean rocosos. Se eleva la
apuesta de un Universo plagado de vida, desde primitivas bacterias hasta vida
inteligente. Otro factor que nos permite aumentar la probabilidades de
encontrar vida en esos remotos planetas es que la búsqueda no se limita solo a
estrellas tipo G-2 como nuestro Sol, el rango se ha ampliado hasta estrellas
como las enanas rojas, es el caso de Próxima Centauri B y TRAPENSE-1 cuya zona
de habitabilidad indiscutiblemente estaría muy contigua a la estrella enana.
Un
investigador que promueve esta visión sobre la vida en nuestra galaxia es Avi
Loeb, con su modestia cósmica. Loeb (Universidad de Harvard) es un conocido
astrónomo, director del Instituto de Teoría y Computación en el Centro
Harvard-Smithsonian de Astrofísica y una pieza importante en el avance de
Starshot. Su modestia cósmica implica la aceptación de la idea de que los seres
humanos no son intrínsecos, especiales. En efecto, dado que el único planeta
que se conoce con vida en forma inteligente y primitiva es el nuestro, podríamos darnos un concepto
erróneo de la vida en el cosmos. Debemos ampliar la búsqueda, no solo de
planetas alrededor de estrellas como nuestro Sol.
La
búsqueda de exoplanetas y su descubrimiento gracias a la profundidad de campo
conseguida con telescopios como el Kepler, han permitido construir estadísticas
que nos permiten llegar a la conclusión de que el número de planetas ubicados
en la zona de habitabilidad es considerablemente alto.
Dentro
de los instrumentos que permitirán localizar sistemas planetarios en nuestra
galaxia tendremos TESS, Transiting
Exoplanet Survey , el TESS descubrirá miles de exoplanetas en órbita alrededor
de las estrellas más brillantes de nuestro vecindario celeste. En un estudio de
dos años del entorno estelar del Sol TESS observará a más de 200.000 estrellas
por el método de transito y podrá captar planetas gigantes, tipo terrestres
hasta gigantes gaseosos. Cubrirá una amplia gama de tipos de estrellas. Algo
imposible de hacer desde la superficie terrestre. Su
fecha de lanzamiento está prevista para Marzo/Junio del 2018.
Sin duda, el futuro de los descubrimientos espaciales
es prometedor, gracias a herramientas como el telescopio espacial James Webb, que
trabajará en infrarrojo con un espejo primario de 6.5 metros y su lanzamiento
está pautado para Octubre del 2018 desde la Guayana Francesa. El JWST será el principal observatorio de la
próxima década, prestando servicio a miles de astrónomos en el mundo entero.
Estudiará cada fase de la formación del Universo, desde las primeras emisiones
de luz después del Big Bang hasta la formación de sistemas planetarios capaces
de sostener la vida en planetas tipo terrestres hasta la evolución de nuestro
propio sistema solar.
La aventura continúa, la búsqueda de vida en nuestro
Universo está dando sus primeros pasos, pero rápidamente estaremos corriendo
para encontrar la respuesta que marcará un antes y un después en la historia de
la Humanidad. ¿Estamos solos?
Autor:
Marcos Tulio Hostos
04/07/2017
Fuentes:
Astrobitácora
Cantauri Dreams
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