Los cometas. Los secretos congelados del sistema Solar
Por: Marcos Tulio Hostos
Una de las peculiaridades más aterradoras e incómodas para
los habitantes de nuestro planeta en la antigüedad, era la inoportuna e
imprevisible aparición en el oscuro cielo nocturno de un objeto brillante en el
cielo. Esta imagen nebulosa, fantasmal en forma de estrella con una cabellera brillante
en medio de las estrellas; presagiaba para muchos, calamidades y desastres
tanto en el plano personal como del orden de los reinos y provincias.
Muchos acontecimientos históricos han sido marcados por la
aparición inesperada de un cometa en el cielo. Hay mucha información de cómo
desde la antigüedad los seres humanos han responsabilizado a estos objetos
viajeros de nuestro Sistema Solar de muchos acontecimientos mayormente nefastos
a través de la travesía del ser humano sobre nuestro planeta.
En Suiza el cometa Halley supuestamente fue el responsable de
ocasionar enfermedades, terremotos, nacimientos anómalos de animales y seres
humanos y la lluvia roja.
Los cometas fueron acusados de tantos desastres y desgracias
que el Papa Calixto III en el año 1456 se vio obligado a excomulgar al cometa
Halley por ser un emisario del demonio, este hecho realmente no ha sido comprobado
como un hecho histórico pero ha sido mencionado por muchos escritores durante
siglos.
En la época del Imperio Romano se menciona al Oráculo
sibilino que habla de un objeto celeste que caía a la Tierra. Según la leyenda
un cometa rojizo selló el asesinato de Julio César.
Desde hace siglos los astrónomos chinos han llevado registros
de la aparición, fechas, trayectorias y desaparición de cometas en el cielo. La
dinastía Han los llamaba “estrellas faisanes de cola roja”.
Igualmente astrónomos Incas reaccionaban con temor ante la
aparición de un cometa y predecían malos acontecimientos transportados por
estos objetos difusos.
Los pueblos mongoles tienen una leyenda, la de Yakutia y
llamaban a los cometas “hija de diablo” que atraía hacia ellos nevadas,
tormentas y sufrimiento.
En Epopeya de Gilgamesh de Babilónica existe un relato sobre
la llegada de un cometa que provocó inundaciones, fuego y azufre.
Otro acontecimiento en donde a un cometa se le atribuyó su
influencia fue en la batalla de Hastings en el año de 1066 en la edad media. El
rey Guillermo el Conquistador en su carrera expansionista invade a Inglaterra
comandando a los ejércitos normandos. En la batalla de Hastings el rey Harold
II de Inglaterra perdió la vida y esto conjugó el futuro de Inglaterra.
El hecho de la batalla coincidió con la aparición en el cielo
del cometa Halley lo que se le atribuyó ser el causante de la derrota y muerte del rey Harold II y a su vez
la buena suerte de Guillermo el Conquistador. Existe un tapiz conocido como el
Tapiz de Bayeux en donde los artífices plasmaron detalles de la batalla y el
cometa en el cielo en su aparición en el año de 1066.
Vemos como los cometas han influenciado hasta las
manifestaciones artísticas a través del tiempo. Tenemos el caso del pintor
Giotto, creador de unos impresionantes “frescos” en la Capilla de la Arena,
construida en Padua por encargo de Enrico degli Scrovegni y consagrada a Santa
María de la Caridad. Estas obras cristianas representan varios pasajes de la
vida de Cristo, ellas fueron ejecutadas entre los años 1305 y 1306.
Uno de los frescos que Giotto pintó allí es la Adoración de
los Reyes Magos, y es interesante por la forma que Giotto plasmó la estrella de
Belén, él pintó en el cielo de la obra pictórica un objeto que difiere mucho
con la imagen de estrella que desde hace mucho tiempo se ha venido representado
en las obras clásicas sobre ese tema. Giotto pintó una bola de fuego con una
luminosa estela, que al verla nos parece más a un cometa que a una estrella
clásica.
Casualmente para el año de 1301 (de nuevo el cometa Halley),
hacía una de sus acercamientos a la Tierra en su camino o retorno al Sol,
evento que sucede cada 75 años y esto hace factible que Giotto pudo
maravillarse con la visión del cometa Halley y que a la postre fue su fuente de
inspiración.
En la actualidad hemos aprendido mucho de nuestro entorno
espacial y los objetos o astros que flotan en ese extenso océano de relativo
vacío que nos separa de cada uno de ellos. Ahora sabemos que esos misteriosos
objetos que periódicamente nos visitan (algunos) y otros no los veremos jamás,
son en realidad cuerpos formados de
hielo sucio, pequeñas rocas y polvo. Su tamaño puede ser de varios kilómetros y
tienen su origen en la formación de nuestro Sistema Solar.
Los cometas son los restos primigenios del borde del disco de
formación de nuestro Sistema Solar, por lo tanto, su estudio es muy importante
para descubrir esta etapa originaria o temprana. Los elementos que componen los
núcleos cometarios se encuentran congelados desde ese período temprano de
formación del Sistema Solar.
Es por esta causa que los núcleos cometarios gravitan en las
afueras del Sistema Solar en donde periódicamente la gravedad de los planetas
(sobre todo los gigantes como Júpiter) los envían hacia el Sol.
En el año de 1951 el astrónomo Gerald Kuiper expuso que los
núcleos cometarios se encontraban en una especie de disco situado un poco más
allá de Neptuno, en donde un grupo indeterminado de cometas oscuros orbitan el
Sol en el entorno de Plutón, Estos objetos son perturbados gravitacionalmente y
son atraídos por el Sol y se convierten en los llamados cometas de períodos
cortos. Sus órbitas no sobrepasa el período de 200 años alrededor del Sol y son
calculables sus períodos orbitales por haber sido detectados en diferentes
épocas.
De igual forma existen los cometas de período largo y es más difícil
predecir su aparición, muchos de ellos se originan en una región llamada nube
de Oort ubicada a una distancia de 100.000 unidades astronómicas- Estos cometas
de período largo pueden tardar hasta 30.000.000 años en completar una órbita
alrededor del Sol.
Cuando un cometa se acerca al Sol, su superficie congelada
comienza a sufrir una serie de cambios producto de la interacción de la
radiación y las partículas del viento solar. El núcleo empieza un proceso de
sublimación, es decir que el material sólido pasa a gas sin pasar por líquido.
Este material envuelve al núcleo y forma la coma. A medida que se acerca al Sol
la coma se extiende hasta formar la cola.
Normalmente la cola de un cometa se divide en dos, una más
liviana ionizada formada por los gases y cola otra de polvo más pesada que se
curva por la influencia gravitacional del Sol.
La mayoría de los cometas viajan a una distancia segura del
Sol que les permite sobrevivir a las fuertes presiones de las partículas y el
viento solar sumado a la influencia gravitacional de nuestra estrella. Sin embargo,
hay cometas cuya órbita es tan cercana al Sol que no sobreviven, son engullidos
por el Sol o se desintegran en su paso.
La primera vez que se intentó fotografiar el núcleo de un
cometa fue con la sonda Giotto lanzada hace años hacía el cometa Halley pero no
logró resultados aceptables. En el año 2001, la sonda Deep Space 1 de la NASA
pasó cerca del cometa Borrelly y fotografió su núcleo calculando su tamaño en 8
kilómetros. En enero del 2004, la sonda Stardust de la NASA se acercó hasta una
distancia de 236 kilómetros del núcleo del cometa Wild y fue capaz de
recolectar partículas del cometa y polvo interestelar para posteriormente ser
enviadas a la Tierra para su estudio.
Las fotografías tomadas por la sonda muestran una superficie
rugosa y con textura cubierta de chorros de gases y polvo. El estudio del
material traído a la Tierra indica que los cometas son más complejos de lo que
se tenía pensado. En las muestras se encontraron minerales que se formaron
cerca del Sol o de otras estrellas, esto sugiere que los materiales de las
regiones internas del Sistema Solar se
desplazaron hacia el borde exterior en donde se formaron los núcleos cometarios.
Los cometas de una forma u otra han formado parte de la
historia de la Humanidad y su estudio nos permitirá aclarar muchas dudad sobre
la formación de nuestro sistema Solar y de nuestro planeta. Esto nos va a
permitir teorizar en la formación de sistemas planetarios de otras estrellas.
Créditos:
Alejandro Gamero
Wikipedia
Cuaderno de Bitácora Estelar
NASA y tú
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