Por: Marcos Tulio Hostos
En este mes de Julio se cumplieron 49 años de la epopeya más
relevante de la historia de la especie humana: la llegada por primera vez de
seres humanos a otro cuerpo celeste, la Luna.
Tres intrépidos viajeros de la misión Apolo 11 atravesaron el
Mar del vacío que existe entre la Tierra y nuestro satélite natural para que
dos de ellos se dispusieron para descender dentro de una extraña y frágil araña
llamada módulo lunar, mientras que un solitario tercer tripulante orbitaba la
luna en el módulo de comando; apoyados para calcular su vuelo por primitivas
computadoras, cualquier calculadora actual las superaría fácilmente y sus
reglas de cálculo emprendieron el viaje de sus vidas.
Hoy mucha gente se pregunta ¿Cómo lo lograron? Sin embargo lo
hicieron no una sino cinco veces más, caminaron, excavaron, recogieron muestras,
hicieron experimentos científicos, colocaron instrumentos, se fotografiaron,
dejaron suvenires y hasta operaron un carro sobre el regolito lunar.
Pero la generación que tuvimos el privilegio de haber vivido
esta zaga soñamos y mantenemos viva la esperanza de un retorno a la exploración
lunar. Pienso que el programa espacial de NASA después de Apolo 17 se desvió de
ese objetivo al darle mayor importancia al desarrollo de transbordadores para
hacer vuelos orbitales a la Tierra.
No podemos negar que los transbordadores contribuyeron en
forma positiva ya que gracias a ellos se construyó la Estación Espacial
Internacional (ISS) y se colocaron instrumentos en órbita como el telescopio
espacial Hubble y su reparación posterior. Pero la exploración lunar era el
camino correcto para conseguir la experiencia necesaria para viajar a Marte y
otros cuerpos en nuestro Sistema Solar.
En la actualidad varias naciones han manifestado su interés de
regresar a nuestro satélite natural con tripulaciones o con sondas. La NASA
planifica una variable del tradicional vuelo Saturno V/ Apolo al combinar un
Encuentro con Órbita Terrestre con el Encuentro con Órbita Lunar. Esto consiste
en el despegue por separado de dos vehículos, uno transportará a la tripulación
y hará escala en la ISS en donde se dispondrán para su misión mientras el vehículo
con el módulo lunar se mantendrá en una órbita terrestre en espera.
En un momento determinado ambos vehículos se acoplarán en una
órbita terrestre para viajar hacia la Luna. Una vez en órbita lunar se separa
el módulo lunar y descenderá para alunizar en un área determinada. Después de
cumplir su misión despegará y se acoplará al módulo de comando para así
retornar a nuestro planeta. Este programa se conoce como Constelación con su ya
probada nave Orión.
China también ha logrado posar en su primer intento una sonda
no tripulada en la Luna el Chang E3; cosa que no lograron hacer en su primera tentativa
los soviéticos y norteamericanos. Los chinos han puesto en órbita una estación
espacial y su programa de astronautas va dirigido a poner sus astronautas en la
Luna en las próximas décadas de este siglo XXI.
Japón también acaricia el sueño de poner seres humanos en la
superficie lunar e incluso una base lunar permanente para el 2030, sin embargo
su programa espacial le falta recorrer mucho trecho para lograrlo. La Agencia
Espacial Europea de igual manera tiene sus planes para colocar astronautas en
la superficie de la Luna dentro de su
programa espacial Aurora.
La India ya ha enviado una sonda que orbitó la Luna y tomó
espectaculares fotografías de alta resolución de la superficie lunar, logrando
fotografiar las plataformas de los módulos lunares de las misiones Apolo en
donde se puede apreciar las huellas de los astronautas y las de los vehículos lunares
utilizados para desplazarse a mayor distancia. Lo que echa por tierra las
afirmaciones de los escépticos que no creen que llegamos a la Luna.
Pero para la exploración de los mundos del Sistema Solar se
debe combinar el esfuerzo humano con la robótica ya que los retos son realmente
elevados. La Luna es el mejor escenario para probar las nuevas tecnologías que
permitan a los astronautas sobrevivir en un ambiente completamente hostil para
la vida compleja.
La NASA en el 2017 recibió un apoyo por parte de la
administración Trump en el presupuesto fiscal del 2019 para llevar astronautas
norteamericanos a la Luna nuevamente en la próxima década; pero bajo
condiciones distintas, ya no hay una Guerra Fría que ganar y la NASA no estará
sola en esta tarea. Trump ha pedido que participe la empresa privada y la
colaboración de otras naciones. Ahora existen empresas privadas que lanzan sus
propios cohetes y hacen diferentes servicios como colocar satélites, llevar
astronautas o abastecer la Estación Espacial Internacional (ISS). De forma que
el programa espacial Constellation con
su nave Orion vuelve a la vida para esa toma de la Luna.
Las diferentes agencias espaciales concuerdan que la primera
etapa es establecer una base lunar robótica que permita probar la tecnología
adecuada para posteriormente construir una base lunar habitada por humanos. Se
tiene establecido que de aquí al 2025 ya se tienen seis misiones programadas
para posar robots en la superficie para hacer pruebas y exploraciones esto
promovido por las diferentes agencias espaciales y empresas privadas.
La búsqueda de agua en el polo sur es uno de los objetivos de
esas misiones robóticas lo que permitirá probar la tecnología de recolección de
muestras y la manera de hacerlas llegar a la Tierra.
El futuro de la exploración espacial brilla como una estrella
azul al poder conjugarse la inversión gubernamental con la participación de patrocinantes
y empresas privadas.
Créditos
Wikipedia
Gonzalo López Sánchez
ABC ciencia