¿ESTAMOS SEGUROS DE NO SUFRIR UN IMPACTO DE METEORO?
Por: Marcos Tulio Hostos
En la mañana del 15 de febrero de 2013 a las 9 y 20 am, los
habitantes de la ciudad rusa de Cheliábinsk ya habían comenzado a
dedicarse a sus tareas habituales. En el duro invierno ruso esa mañana sus
habitantes vieron que el cielo se iluminó de una manera inusual, una luz
cegadora inundó las calles y edificios de Cheliábinsk. Esa luz emanaba de un
enorme bólido que cruzó el cielo dejando un rastro blanco marcó su trayectoria.
Sin aviso alguno, se escuchó en toda la ciudad un estruendo
muy fuerte, la onda expansiva rompió la barrera del sonido y fue capaz de destrozar miles de ventanas, dañó puertas y algunos
techos livianos. Las personas heridas a causa de los vidrios rotos y otros
objetos se contabilizaron por miles (no hubo víctimas fatales que lamentar).
El lugar del impacto se localizó a 80 Km de la ciudad, en el
lago congelado de Chebarkul, se estima que los trozos que sobrevivieron a las
altas temperaturas de la entrada a la atmósfera, tenían una masa entre 400 Kg y
6000 Kg creando una abertura en el hielo del lago.
Gracias a la afición rusa por documentar con videos la ruta
de sus vehículos y otros videos de aficionados, se pudo documentar como nunca
antes un evento como este. Estos videos ayudaron a recomponer la trayectoria
del objeto y su altura en el momento de la explosión.
Los datos que arrojó esta investigación sobre el meteorito de
Cheliábinsk establecieron que era un objeto de unos 17 metros de diámetro que
explotó a una altura de 20.000 metros de altura con una fuerza expansiva de 500
kilotones equivalente a 30 bombas nucleares igual a la lanzada en Hiroshima. Su
órbita llegaba a los confines del Sol a una distancia similar a la órbita de
Venus y retornaba al cinturón de asteroides. ¿Por qué esa enorme explosión no
causó mayores daños? La razón es la altura, mientras que la bomba de Hiroshima
explotó a solo 600 metros, la roca celeste lo hizo a 20.000 metros de altura.
Ese mismo día, (sin sospechar lo que pasaría en Rusia) en
otras latitudes muchos investigadores se preparaban para detectar el paso del
asteroide 367943 Duende o también conocido como 2012 DA14 de unos 45 metros de
diámetro y una masa de 130.000 toneladas. Este asteroide fue descubierto por el
equipo del Observatorio Astronómico de Mallorca el 22 de febrero del 2012 y los
cálculos de su órbita establecieron que para el 15 de febrero del 2013 este
asteroide pasó a una distancia mínima de nuestro planeta de 27.700 Km, todo un
record para estos objetos. Como referencia, los satélites geoestacionarios
están a una distancia de 36.000 Km.
Este evento ha encendido las alarmas en una parte de la
población mundial. Muchas personas se preocupan por la real posibilidad de ser
impactados por estos asteroides, además se ha evidenciado la poca capacidad de
detección de estos objetos por parte de los organismos que los estudian, sobre
todo los pequeños, estos están formados por materiales poco reflexivos a la luz
solar lo que los hace muy difíciles de detectar por los astrónomos. Otro factor
que dificulta su descubrimiento es la dirección en la que viajan, si vienen
desde la posición del Sol, la luz solar los hace prácticamente invisibles en
áreas cercanas a nuestro planeta para los telescopios.
Actualmente, tenemos formas de ubicar los asteroides de mayor
tamaño (mayores a 50 metros) mediante rastreo desde la Tierra y desde el
espacio con satélites. Lo que nos ha permitido descubrir asteroides o cometas
con órbitas potencialmente peligrosas para nosotros. Estos cuerpos rocosos
podrían impactarnos en el futuro dentro de decenas o cientos de años.
Pero realmente ¿no tenemos ningún programa que nos advierta
con tiempo de una sorpresa nada agradable venida del cielo? Bueno, varias agencias espaciales se han
tomado el asunto con la seriedad que amerita el caso. Los rusos, por medio de
su Academia de Ciencias de la Federación Rusa (RAN), han desarrollado el
proyecto SODA, capaz de ubicar asteroides con un diámetro superior a los 10
metros, que permitirá una anticipación de por lo menos 4 horas. Permitiendo a
los gobiernos, servicios de emergencia y rescate tomar las previsiones o
evacuar una población de un área de impacto.
Para esto habría que colocar a la sonda SODA en el punto de
Lagrange L1, entre la Tierra y el Sol a 1,5 millones de kilómetros. Esta
posición le permitirá detectar asteroides que estén sumergidos en la luz solar.
Su equipo está formado por tres telescopios de 30 centímetros
de diámetro cada uno, en realidad es una sonda pequeña con una carga útil de 50
kilos y una plataforma de 100 kilos lo que facilitará su lanzamiento y ayudará
a ser aprobado el proyecto por su relativo bajo costo. Se espera que este
proyecto se materialice en este año 2017.
La NASA, también a
presentado su propuesta a la comunidad científica para la detección de
asteroides cercanos a la Tierra llamada NEOcam, más ambicioso que SODA. Su
misión consiste en evaluar el riesgo actual del impacto de objetos cercanos a
la Tierra. (NEO), Estudiar el origen y destino final de los asteroides en
nuestro sistema solar. Encontrar los objetos NEO más apropiados para futuras
exploraciones por robots y humanos.
De igual manera, NASA ha seleccionado una nueva misión,
realmente es un concepto innovador y de bajo costo, un explorador de asteroides
llamado NEA Scout. Diseñado para explorar un asteroide con un CubeSat, su
propulsión será una vela solar, esto será ventajoso para navegar con facilidad
y acercarse al objetivo, Impulsado por la vela solar observará un pequeño asteroide
tomando imágenes, observando su morfología y determinando su posición en el
espacio, su composición.
Las
observaciones de NEA Scout ayudarán directamente a retirar las incógnitas
relacionadas con la exploración humana de asteroides y cuerpos pequeños.
Los datos recopilados mejorarán la comprensión actual
de los entornos de los asteroides y proporcionarán información clave para
futuras exploraciones de asteroides por humanos.
Los datos
recopilados por NEAScout contribuirán
con la exploración humana de asteroides, núcleos cometarios y planetas enanos.
Nos dará una visión más amplia de los asteroides y cuerpos menores que
deambulan por el sistema solar. Estudiar los asteroides y otros cuerpos
menores de nuestro sistema solar reviste de una gran importancia para nuestra
civilización. Estos estudios nos permitirán comprender la formación de nuestro
sistema solar y en un futuro cercano los asteroides se convertirán en fuente de
recursos, por los elementos valiosos que los componen lo que se espera que su
explotación mejore el nivel de vida de los pobladores de nuestro planeta.
Actualmente
NASA tiene registrado unos 800 asteroides potencialmente peligrosos, dentro de
este grupo tenemos el asteroide Apofis, es de gran tamaño (entre 250 y 400
metros de diámetro), y su órbita se acerca mucho a la Tierra.
La
Organización de Naciones Unidas (ONU) ha proclamado fijar la feche del 30 de
junio a partir del 2017, como el “Día Internacional del Asteroide”. Esto busca
rememorar la fecha en que nos impactó el meteoro más grande en nuestra
historia, el meteoro de Tunguska, este objeto estalló en la atmósfera en 1908 y
produjo una poderosa explosión que devastó enormes áreas boscosas de Siberia en
Rusia. La poca densidad poblacional de esta zona para la época, favoreció que
no se produjeran victimas.
La ONU,
conmemorando esta fecha también persigue concientizar a la población mundial
sobre el escenario real de peligro que representan los impactos de asteroides
para nuestra civilización e incentivar el trabajo investigativo y preventivo
sobre estos objetos celestes.
Créditos:
Eureka
NASA
El Sol de Puebla
Wikipedia