¿EXISTEN SOLO EN LA CIENCIA FICCIÓN LAS CIVILIZACIONES ALIENÍGENAS?
Marcos Tulio Hostos - ACA
Marcos Tulio Hostos - ACA
El caso de la estrella KIC 8462852 con su inusual
comportamiento en su curva de luz ha puesto sobre la mesa la posibilidad de
vida en el espacio exterior o ¿Realmente existen civilizaciones en otros
sistemas planetarios? Esta posibilidad se viene discutiendo desde hace siglos,
pero, lógicamente con mayor intensidad en la época actual de exploración
espacial. Lamentablemente no hemos llegado a conseguir una respuesta
contundente sobre el caso.
¿Hay vida en el Universo? Y por añadido… ¿Existen
civilizaciones extraterrestres? Muchas
personas han elucubrado sobre este espinoso tema, desde diferentes campos,
científico, religioso, filósofo, mitológico, investigadores de ovnis,
escritores de ciencia ficción hasta fascinados poetas, cada uno inspirado en su particular
forma de trazar las cosas. Muchos sospechan que esas sociedades en el Vía
Láctea pueden estar adelantadas a nosotros no cientos si no por miles de años.
Esto realmente es preocupante por el gigantesco abismo cultural que nos separaría.
Algo tan simple como entablar una conversación con ellos se transformaría en un
protocolo de marco conceptual muy difícil de entender para ambos. Muchos
científicos desde la década de los 90, cuando se descubrió el primer
exoplaneta, han tomado con responsabilidad este dilema cósmico y creen
firmemente la posible presencia de vida
en los exoplanetas como también en algunos satélites de nuestro sistema solar.
En el campo de la ciencia, tenemos defensores de la
existencia de dichas sociedades alienígenas, desde Bernard de Fontenelle en
1657 y Camille de Flammarion en el siglo XIX hasta nuestros días como Frank
Drake y Carl Sagan quienes han defendido la posible existencia de mundos
habitados girando las estrellas. E igualmente encontramos otros que niegan
totalmente esa posibilidad. ¿Como estas hipotéticas civilizaciones habrían
conseguido llegar a diferentes niveles de desarrollo en el Universo? Debe ser
una historia fascinante. Sin duda, el descubrimiento de una civilización
alienígena marcaría un hito en la historia de la Humanidad con consecuencias
profundas e insospechadas que nos marcaría para siempre.
Un método científico para determinar el posible desarrollo de
civilizaciones en nuestro Universo es la propuesta del astrofísico ruso Nikolái
Kardashov presentada en 1964. Conocida como la Escala de Kardashov. En esta sucesión se propone medir el progreso
tecnológico de una civilización basado en la cantidad de energía aprovechable
que consume según el grado de complejidad que ella escale. Frente a el grado de
expansión o colonización que tenga en el espacio.
Kardashov crea tres categorías:
1) Civilización Tipo I
2) Civilización Tipo II
3) Civilización Tipo III
Civilización Tipo I consiste a grandes rasgos, en una
civilización que utiliza todos los recursos de su planeta en forma equilibrada,
sin contaminar y los aprovecha al máximo de forma racional. Indudablemente no
es el modelo de nuestra civilización actual, por un lado, llena de conflictos
religiosos, políticos, ideológicos, guerras, administraciones gubernamentales
corruptas, delincuencia organizada, desigualdades en el desarrollo entre
países, explotación de recursos irracionalmente, conflictos territoriales,
étnicos, brecha enorme entre ricos y pobres entre otros factores. No hay duda
que estos conflictos hacen un gran peso en el camino de nuestra especie de establecer
una civilización tipo I.
Pero por otro lado, existen señales positivas que van en esa
dirección, el progreso de los derechos humanos, las artes, la cultura etc. Una
que ha contribuido con gran fuerza es la ciencia. La ciencia ha dado un ejemplo
de cooperación y si se quiere hasta de hermandad. Muchos proyectos científicos
se han dado por presión de los investigadores hacia los gobernantes,
traspasando barreras políticas e ideológicas. Un ejemplo de ello es que en la
guerra fría científicos rusos y estadounidenses hicieron contacto para
intercambiar información, logrando la cooperación entre naciones antagónicas.
Otro ejemplo la tenemos orbitando desde hace años. La Estación Espacial
Internacional, formada por módulos de diferentes naciones en donde la habitan
en forma permanente seres humanos.
También la ciencia, nos ha permitido concientizarnos de que
no solo vivimos en un territorio, o un país si no que vivimos en un frágil planeta
y formamos parte de una sola raza o especie, llamada Humanidad.
Se calcula (si todo sale bien) la humanidad dentro de 100 a
200 años podría llegar a ser una Civilización Tipo I.
Civilización Tipo II. Consiste en una civilización que aplica
los principios de la tipo I aprovecha toda la energía de su estrella madre,
utilizando mecanismos tecnológicos (algo como una esfera de Dyson) emplea los
recursos no solo de su sistema planetario, si no que, también utiliza los
recursos de los planetas y la energía de las estrellas cercanas de otros
sistemas planetarios en su beneficio. Este tipo de civilización es capaz de
viajar a través de una galaxia movilizando su propio sistema planetario. Esto
le permitiría sobrevivir a catástrofes cósmicas como la explosión de una nova o
supernova. Aumentando considerablemente su capacidad de perdurar en el tiempo.
Civilización Tipo III. Es una civilización con la capacidad
tecnológica de aprovechar la energía de todas las estrellas de una galaxia y
posiblemente la energía liberada de agujeros negros supermasivos. Es el mismo
principio de la civilización tipo II pero ampliado a toda una galaxia.
Técnicamente ningún Hecatombe en la galaxia la afectaría. Logrando con esto la inmortalidad como
especie. Para llegar a esto tendríamos que sobrevivir durante miles de años.
Otros científicos han intentado demostrar la posibilidad de
encontrarnos algún día con una sociedad estelar utilizando las matemáticas,
concretamente el método de las estadísticas para estimar el número de
civilizaciones existentes en nuestra Galaxia. Es el caso de Frank Drake radioastrónomo
y uno de los más entusiastas personalidades del proyecto SETI. En su conocida
Fórmula de Drake (1961) se identifican
los elementos significativos en el
progreso de las civilizaciones. Esta ecuación es popular dentro de la comunidad
científica por considerarse la primera aproximación teórica al problema. En el
caso de nuestro Sol se establece que ella representa una sola estrella dentro
de un panorama de 7x
estrellas en el Universo observable. Nuestra
Galaxia es solo una de entre 500.000.000.000 galaxias en el Universo. Lo que
lleva a lucubrar la existencia de un número formidable de planetas habitados.
Otro grupo de investigadores que defienden la posibilidad de
la existencia de la vida extraterrestre se basan en El Principio de Mediocridad
o el principio de Copérnico aplicado a
la Astronomía. Su autor es el profesor de astrofísica John Richard Gott en
donde se establece que nuestro planeta y el ser humano están formados por los
mismos elementos existentes en el Universo. Y si se encuentran las mismas
condiciones y elementos en otros planetas, la lógica nos dicen que en un alto
números de exoplanetas se puede duplicar lo que se formó en la Tierra.
Nuestra civilización ha descubierto lentamente la realidad
que nos envuelve, somos seres comunes y corrientes. Siglos atrás pensábamos que
la Tierra era plana, posteriormente pasamos de ser el centro del Universo a
formar parte de un sistema planetario situado en una galaxia que forma parte de
un grupo de galaxias y ahora estamos concientes que vivimos en una pequeña roca
flotando cerca de una modesta estrella amarilla, entre millones de estrellas
mucho más grandes y luminosas, muchas de ellas tienen planetas rocosos con una
masa hasta diez veces la masa de la Tierra. Lo que ha ido reforzando El
principio de mediocridad. Es importante recalcar que el principio de
mediocridad no es una ley específica aplicable a todo.
Indudablemente la ciencia ha llegado a expandirse es
aplicando el método científico y no acepta de buenas a primeras los planteamientos
que se presentan delante de ella.
Dentro de este compendio de afirmaciones que apoyan la
posibilidad de la existencia de sociedades con niveles de desarrollo
tecnológico en nuestra Galaxia y en nuestro Universo, se encuentran
investigadores que no comparten el optimismo de muchos de sus colegas. Estos rechazan
la posibilidad de la existencia de estas poblaciones de seres inteligentes
alienígenas. Y un argumento que se ha esgrimido por muchos de estos
investigadores es la conocida Paradoja de Fermi o Principio de Fermi.
En la Paradoja de Fermi se expone que si existen
civilizaciones avanzadas en nuestra Galaxia, ¿por qué no vemos rastros de
ellas? ¿Donde están sus naves espaciales? ¿Dónde están sus transmisiones de
comunicaciones? ¿Dónde están? Por lo tanto si no tenemos noticias de ellos
quiere decir que no existen.
Para entender el por qué Fermi llegó a esta conclusión
debemos incursionar en el marco histórico en que fue proyectada. Enrico Fermi
trabajó en el proyecto Manhattan dedicado a desarrollar la bomba atómica. El
vivió y se involucró de manera directa en la posibilidad de autodestrucción a
la que llegaba una civilización en una etapa determinada. Esto seguramente lo
llevó a pensar que las supuestas civilizaciones en nuestra Galaxia al llegar a
esta etapa seguramente se autodestruirían. Indudablemente estas vivencias
históricas por las cuales pasó Fermi influyeron en él para llegar a estas
conclusiones.
Otra teoría que apoya la inexistencia de vida en el espacio
exterior es la hipótesis de la Tierra Rara. En donde se establece que nuestro
planeta tiene una serie de condiciones “especiales” que lo hacen prácticamente
único en el Universo o por lo menos un objeto extremadamente raro incluyendo
lógicamente a la aparición de la vida.
Argumentando que la vida en la Tierra es el resultado de
múltiples factores de orden astrofísico y geológico puntuales a tal grado que
reducen drásticamente la posibilidad de duplicarse en otro lugar del Universo.
Se basa primordialmente en el “fenómeno Goldilocks” en donde se afirma
que la presencia de la vida en nuestro planeta se debe a múltiples factores entre ellos temperatura, radiación y
presión que mantienen unos rangos muy ajustados permitiendo su presencia y
evolución.
Realmente la aparición y evolución de la vida en un planeta
está supeditada a múltiples factores desde los domésticos, que son propios del
planeta: la presencia de agua, tener una atmósfera densa, campo
electromagnético que proteja de radiaciones mortales, que sea un planeta
rocoso, poseer tectónica de placas. Etc. En su sistema planetario los factores
son: una distancia a su estrella que permite recibir la energía adecuada, esta
distancia es conocida como zona de habitabilidad es importante para mantener el
agua en sus tres formas, poseer un satélite permite estabilizar el eje de
rotación del planeta. Dentro de una galaxia los factores son: el estar ubicado
lejos de la presencia de novas o supernovas que abundan en los brazos espirales
de una galaxia aumenta las posibilidades de desarrollarse la vida, estar a una
distancia prudencial del centro de la galaxia evita las altas dosis de
radiaciones. La pregunta se mantiene firme y sólida ¿Existe vida en el
Universo?
Créditos:
Wikipedia – Escala de Kardashov
Wikipedia -- Ecuación de Drake
NeoTeo.